Son seis años los que lleva Felipe Arredondo Cano de participar en el Viacrucis Viviente y recientemente ejerce la función de director escénico de la Pasión y Muerte de Jesucristo, que desde 1962 se realiza de manera ininterrumpida en La Cañada, en el municipio de El Marqués.
“No es interpretar, es sentir”, declara al explicar que a quienes participan se les demanda ir más allá de memorizarse un diálogo, pues deben conocer al personaje que les toca interpretar para así darle realismo al Viacrucis.
Afirma que los actores nunca están solos, pues cada interpretación cuenta con donativos del “pueblo de La Cañada”, quien se suma: económicamente, con donativos en especie o regalando su mano de obra, todo para que cada representación sea diferente a la del año pasado, pues incluso quitar o poner una puerta en el escenario marca una gran diferencia.
“Un bote de pintura, una comida, mano de obra, los que saben soldar llegan a soldar, los pintores, los de yesos… a los de escenografía les digo artesanos, porque en verdad que nuestros escenarios, muchas veces parecen lo que en aquella época… encabezados por Sixtos y Chon… tienen años, desde que entré ya estaban, yo creo que tienen como unos 20 años… actores y gente del pueblo de La Cañada llegan a pintar y hacer todo eso”
Los actores deben responder a ese compromiso de sus vecinos, de tal forma que desde el primer domingo de enero tienen que asistir a las reuniones y ensayos.
Prácticamente todos los papeles son requeridos, de ahí que en algunos casos hasta es posible darse el lujo de realizar una selección entre todos los aspirantes, pero encontrar a quien interprete a Jesús es todo un reto, pues quien lo haga debe: cumplir con la imagen física que ha sido inculcada a los católicos, debe tener una vida ejemplar e inspirar a los demás, de ahí que la edad no es un requerimiento.
“No podemos escoger a cualquier persona, se les hizo la invitación a varios muchachos, pero de una u otra forma no aceptaron, a él (quien ahora interpretará a Jesús), ya se le había hecho la invitación en años anteriores y hasta este año se animó”.
El papel más solicitado es el de los ladrones, pues la mayoría quiere tener la oportunidad de acompañar a Jesucristo al momento de exhalar su último suspiro.
“Son las escenas más reales, me atrevo a decir, que a nivel nacional; y los ladrones son a los que más golpean, a los que más les pegan… muchas veces los del comité les pedimos que no les peguen tanto, porque le van robando protagonismo al Cristo en el Viacrucis”.
Por último enfatiza que el dolor es mucho, de ahí que la mayoría de las veces quienes interpretan el papel lo hacen para pagar alguna manda.