Excremento de aves daña Centro Histórico, es corrosivo: INAH

El ácido úrico ocasiona afectaciones en los materiales tradicionales de construcción como piedra y mármol

David Álvarez / Diario de Querétaro

  · sábado 22 de junio de 2024

Corrosividad del excremento de aves es un problema. Foto: Irais Sánchez / Diario de Querétaro


Los monumentos históricos del Centro Histórico de Querétaro están siendo afectados por el excremento de palomas y pichones, especialmente este último que ha proliferado como plaga en la zona. El alto contenido corrosivo de los excrementos está dañando la integridad de los materiales de estas estructuras, poniendo en riesgo su conservación.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través de su Ventanilla Única, ha reconocido que la afectación por excremento de aves es un problema constante que impacta negativamente en el patrimonio histórico.

Prohibición es para cuidar imagen urbana. Foto: David Álvarez / Diario de Querétaro

La corrosividad del excremento de aves es un problema grave para los edificios históricos. El ácido úrico presente en el excremento es altamente corrosivo y, con el tiempo, puede causar daños significativos a materiales como la piedra, el mármol y otros componentes utilizados en la construcción de monumentos.

La acumulación de excremento no solo mancha las superficies, sino que también acelera la erosión y deterioro de los materiales, lo que puede llevar a la pérdida irreversible de detalles arquitectónicos y ornamentales.

Ante esta situación, diversas iglesias y edificios del Centro Histórico han optado por instalar mallas antiaves en sus fachadas y estructuras.

Estas mallas están diseñadas para prevenir que las aves se posen y aniden en las superficies de los edificios, reduciendo así la acumulación de excremento y el consiguiente daño.

La implementación de estas mallas es una medida preventiva que busca preservar la integridad de los monumentos y asegurar su conservación a largo plazo.

➡️ Únete al canal de Diario de Querétaro en WhatsApp para no perderte la información más importante

La instalación de mallas antiaves no es la única acción que se ha tomado para mitigar los efectos del excremento de aves en los monumentos históricos. También se han implementado programas de limpieza regular y mantenimiento de las superficies afectadas, con el objetivo de remover cualquier acumulación de excremento y prevenir su corrosión a largo plazo, a través del Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN).