“Hoy me da gusto ver a muchos niños y jóvenes integrados a este grupo, pues nos da la esperanza de que Danza Guerreros Aztecas viva tal vez cien años más”, fueron las palabras de Saturnino González, capitán mayor y quinto heredero de una tradición centenaria, que el fin de semana pasado vistió de fiesta al pueblo de La Cañada.
La conmemoración arrancó el sábado en las faldas del monumento El Pan de Dulce, ubicado en los límites de los municipios de El Marqués y Querétaro; donde nueve mesas de danza y de música prehispánica, provenientes del norte y el centro del país, se congregaron para realizar el ritual de entrada.
Fueron los voladores de Papantla de Veracruz; la Danza Chichimeca de San Miguel de Allende, Guanajuato; la Danza Chichimeca de San Pablo Tolimán; la Danza de Apaches “Halcones” de Bernal; la Danza de Matlachines de Saltillo, Coahuila; el grupo de música tipo prehispánica, “Venado azul”; la Danza Azteca Xochipilli de San Luis de la Paz, Guanajuato; la Camada de Huehues Quetzal de Tlaxcala; la Danza de Matlachines “Raza de Bronce”, así como la Danza de Michoacán, quienes se hermanaron con los Guerreros Azteca a través de la música y la danza ritual.
Más de quinientas personas oriundas de El Marqués, así como de municipios circunvecinos, se reunieron en la Plaza San Pedro para la develación de la placa conmemorativa y para conocer las diferentes danzas, siendo el ritual aéreo de los voladores de Papantla y la exhibición magna del juego de pelota purépecha, los provocaron mayor asombro entre los asistentes; sobre todo en los más pequeños, quienes con la boca abierta y señalando a los danzantes, expresaron su admiración.
Danza Guerreros Aztecas fue fundada en 1919 en La Cañada por Rosalío González, quien cimentó la tradición de narrar a través de la danza ritual, la batalla acaecida entre los guerreros mexicas y los soldados españoles en la Gran Tenochtitlán.
Fiesta y comunidad
De acuerdo con el capitán mayor, a esta fiesta asistieron poco más de 300 danzantes de Coahuila, Aguascalientes, Tlaxcala, Veracruz, Michoacán así como de Ezequiel Montes y Tolimán. Así mismo, migrantes mexicanos radicados en los Estados Unidos, viajaron desde este país hasta La Cañada para reforzar a través de la danza, los lazos de compadrazgo que los han unido desde hace mucho tiempo.
Saturnino señaló además que los danzantes invitados no solo se sumaron a la conmemoración con su propia tradición e historia, también participaron en las rifas y tómbolas organizadas para la recaudación de fondos, e incluso con donaciones de “cien, doscientos… y de hasta cinco mil pesos”, para que la celebración fuera posible, pues tan solo para el ritual de los voladores de Papantla tuvieron que mandar a hacer un palo volador metálico, cuyo costo ascendió a los 21 mil pesos.
“Hace dos años empezamos a organizar esta fiesta. Formamos diferentes comisiones que se encargaron de hacer rifas y tómbolas para ir recaudando fondos. (…) Todo fue posible gracias a que la gente se sumó con poco o mucho, para su realización”, afirmó González, lamentando la falta de apoyo por parte de las instancias encargadas de promover y difundir la cultura en el municipio de El Marqués y Querétaro.