Pese a la existencia de protocolos en las instancias reguladoras de procesos electorales, la normalización de la violencia política en contra de las mujeres hace que en la mayoría de casos se omita realizar alguna denuncia o se vea como algo "normal" durante las elecciones, afirmó Violeta Larissa Meza Lavadores, vocal ejecutiva 03 de la Junta Distrital del INE en Querétaro.
"La violencia política se puede definir en un concepto como acciones u omisiones con elementos de género que tienen como resultado menoscabar o anular el reconocimiento de los derechos humanos y después el ejercicio o goce de estos derechos político electorales que tienen las mujeres", afirmó.
La vocal ejecutiva indicó que el Instituto Nacional Electoral en colaboración con la Fiscalía Especializada Para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) elaboraron un protocolo para la atención y seguimiento de la violencia en temas electorales.
Reconoció los avances, particularmente en la entidad, donde el Congreso local está integrado en su mayoría y por segunda ocasión por mujeres con 13 peldaños de las distintas fuerzas políticas, siendo mayoría en la toma de decisiones del Poder legislativo.
"Es un peldaño y poco a poco lo vamos a ver con testimonios de mujeres candidatas o en la función publica, aún no hay un marco jurídico apropiado para contrarrestar lo que siguen viviendo que es la violencia política esa es la parte que falta, hemos avanzado la conceptualización del término y estamos en la etapa de sensibilización porque también nos hemos dado cuenta que muchas de las mujeres que estamos en este ámbito es normal no se identifica que es lo que está pasando y por eso no se utilizan estos instrumentos".
Aunque aún no se cuentan con cifras oficiales sobre el número de casos registrados durante los procesos electorales, tanto locales como federales de junio del 2018, en el proceso electoral inmediato anterior, es decir en el 2015, tan solo hubo 38 denuncias de poco más de tres mil mujeres que participaron, lo que calificó como bajo debido a la falta de conocimiento sobre estas herramientas.
"Esa es otra parte la ausencia y vacío, no hay una cultura de la denuncia porque no se identifica y no se denuncia y por temor a represalias y otros actos, estas mujeres no hacen la denuncia", finalizó.