Ante las situaciones de violencia que enfrentan las mujeres, se deben derribar los "mitos" sobre qué es el feminismo, y construir relaciones solidarias entre mujeres, indica Lluvia Cervantes, coordinadora en Querétaro de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos (Ddeser).

En el marco del día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, conmemorado este 25 de noviembre, Cervantes explica que la palabra feminismo causa "ruido" a quienes se mantienen con privilegios y por eso, se construyen mitos entorno al tema. Explica que no sólo los hombres, también las mujeres, pueden participan en prácticas machistas; por ejemplo, en insultos basados en estereotipos de género.

"Si nos damos cuenta, los insultos para los varones tienen que ver con que están perdiendo una supuesta capacidad de hombría (…) Para las mujeres, nos esencializa en razón de cualidad; de buenas o malas mujeres", abunda.

Cervantes alerta sobre el continuar reproduciendo esos mitos, por ejemplo que las feministas promueven el odio a los hombres, ya que, por el contrario, el feminismo busca la equidad; es decir, “que todas las personas tengan las mismas oportunidades y derechos”.

No obstante, apunta que hay temas más urgentes y dolorosos como los feminicidios y que también están anclados en mitos; por ejemplo, que las mujeres “se lo buscan” o que un crimen puede ser “pasional”.

"A veces, autoridades aprovechan esos mitos para que se sigan reproduciendo formas de desestimar ser mujer (...) Si te matan es porque te enamoraste de quien no debías, si te pegan es porque algo hiciste, si te acosan en la calle es porque te pusiste ropa que no debías (…) todas las violencias siempre no las depositan en nosotras", enfatiza.

REDES DE APOYO

Desde el 2013, la comunidad terapéutica Rizoma inició un trabajo comunitario con personas diagnosticadas con esquizofrenia y después, recibieron a pacientes con cualquier tipo de padecimiento psíquico.

Sin embargo, a partir del 2016, comenzaron a llegar mujeres que habían experimentado situaciones de violencia; de esta forma, al no tener la capacidad para sostener tantos procesos de forma individual, Rizoma construyó una red de salud comunitaria para las mujeres.

Así lo explica Karla Lugo, coordinadora de comunidad terapéutica Rizoma, y quien agrega, desde el 2016 hasta este año, han acompañado a más de 30 mujeres como pacientes; la violencia psicológica y física ha sido algunas de las manifestaciones más recurrentes.

"Hay de todo tipo de violencias cuando llegan al consultorio. Claro que las que impactan más es la de violencia física (...) Trabajamos con todo tipo de violencia, por eso necesitamos una red muy amplia", agrega.

En la red de la comunidad terapéutica Rizoma, participan desde profesionales de la salud como psicólogas o ginecólogas, incluidas periodistas, sociólogas, antropólogas, biólogas, artistas o personas enfocadas en terapias alternativas; ya que acuerdo con Lugo, para acompañar estos procesos de violencia se “requiere de muchísimo apoyo”.

"Nuestra propuesta desde Rizoma es trabajar el tema de salud mental, pero con la comunidad y en la comunidad, por la comunidad", apunta.

En tanto, Cervantes (coordinadora de Ddser) explica que uno de los esencialismos de género que se inculcan desde la infancia está relacionado con romper las relaciones entre mujeres; en este sentido, coincide al señalar que una de las primeras acciones que se tiene que hacer como sociedad, es volver a construir relaciones solidarias.

"No mirándonos como enemigas, sino como justamente, independiente de nuestras características diferentes de ser mujeres (…) que a todas nos están afectando de manera igual estas violencias", dice.

REDES COMO RESISTENCIA

De acuerdo con la coordinadora de la comunidad terapéutica Rizoma, el construir redes solidarias es también un acto de resistencia a las situaciones de violencia que existen; si bien señala todos vivimos múltiples violencias desde la infancia hasta la vejez, no son comparables las agresiones que experimentan las mujeres.

"No es comparada porque estamos en un país donde mueren nueve mujeres al día por feminicidios, donde los gobiernos no apoyan las alertas de género", puntualiza.