Covitario es el nombre que en el Hospital General del IMSS de El Marqués usan para referirse a la zona cero de atención a enfermos de Covid-19 y donde desde hace 4 meses decenas de héroes médicos y enfermeras libran una lucha a muerte.
El Covid-19 llegó a cambiar no únicamente la vida cotidiana, sino también la manera en la que los médicos trabajaban: pasaron de tener pacientes con enfermedades conocidas a uno completamente distinto en donde el paciente presentaba un nuevo virus y la orientación de cómo tratarlo era escasa.
“Poco a poco todos los compañeros vimos cómo se iba vaciando nuestro hospital de los pacientes que habitualmente atendíamos, llego un punto donde se quedó absolutamente sólo y se empezó a acondicionar para que cada uno de los pisos estuviera resguardado y se acondicionara para atender a estos pacientes”.
El día tan esperado llegó, el entrar a esta área por vez primera fue un shock, “recuerdo que habíamos practicado mucho cómo colocar el equipo y en ese momento se te olvidaba qué iba primero, ya estando en esta área fue raro e incómodo”.
Patricia Elizabeth, auxiliar de enfermería en el Hospital General 2 el Marques, narra que el equipo de protección genera mucho calor, los lentes se empañaban y los guantes no permiten trabajar bien, “sin embargo con el paso del tiempo nos hemos ido acostumbrando”.
El equipo médico del covitario es numeroso. Araceli, Ale, Andrea, Elizabeth, Esperanza, Norma, Marce, Mauro, Vale son algunos de los nombres grabados en los uniformes que se colocan encima de las batas. Ellos como cada día con pasión lo portan heroicos y dan lo mejor de sí en el campo de batalla combatiendo el Covid 19, en el covitario.
Sus jornadas son largas y el equipo de protección al finalizar su turno deja estragos en ellos, ya que dentro no pueden quitárselo ni para hacer sus necesidades fisiológicas por el peligro que hay de contagio: “hay quienes han tenido hipotensión con el equipo, se recupera y continúa laborando, incluso hay quien ha vomitado por la fatiga del equipo y ha permanecido con los residuos en la mascarilla, esperando a que alguien le ayude”.
El contagio entre el personal médico se daba principalmente por no quitarse el equipo adecuadamente, así que se tiene un protocolo para despojarse de él y evitar de esta manera el contagio.
Ahí en el epicentro de la pandemia, “el personal es familia adentro, a pesar de que sólo poseemos el nombre en tela grabado nadie se abandona. Como supervisora me he detenido a observar y me ha impresionado la capacidad de desarrollo laboral y entrega física en estos tiempos con el personal de enfermería, médicos, inhaloterapia, camillera, nutrición, higiene, ropería; dentro del covitario se porta con gran elegancia un equipo de protección y lo reitero con gran elegancia por la entrega de sus acciones profesionales ante eventos, ingresos, egresos, cambios de indicaciones, colocación de catéter, instalación de aminas, manejo de catéteres, sondajes, movilización, baños y apoyos ventilatorios por mencionar algunas acciones que todos realizan adentro”.
Dice que el estrés invade al personal, “lo he analizado, no son los días que entran o el trabajo, sino el temor de lo que nos puede suceder allá adentro, los decesos duelen, pero también los egresos a casa nos reconfortan”.
En Querétaro existía, al cierre del domingo, un acumulado de 3 mil 591 casos confirmados de Covid-19 y 474 defunciones. “Mi mensaje a la población es que en verdad se protejan, existen muchos comentarios de que es falso, pero lo que nosotros vemos a diario en verdad les cambiaría por completo su visión, ver a diario muertes, tener que despedir al paciente es algo indescriptible y muy doloroso”, concluye Mayra Troncoso, auxiliar de enfermería.