José Carmen Olvera Reséndiz, originario de San Gaspar en Cadereyta, ha alcanzado un notable hito en su vida: 75 años de peregrinación al Tepeyac. Este año, la celebración de este logro ha tenido un significado especial al coincidir con la participación de su hijo en la misma tradición.
José Carmen, quien ahora tiene 82 años, ha recorrido el camino al Tepeyac como un acto de fe profundo, una tradición que ha sido transmitida a su familia.
“Soy nacido y originario de la comunidad del barrio de San Gaspar, Cadereyta. Tuve mi medalla por 75 años. Tengo 82 años. Voy a seguir siendo un guadalupano hasta que Dios diga, hasta que Dios lo decida. Esto es una fe. Mis padres fueron quienes me inculcaron esto. Soy el del coro de mi grupo. Es un barrio cohetero, es Boxasní y también San Gaspar. Hasta que pueda el viejito aquí andaremos”, comentó José Carmen.
Su hijo, Juan Carlos Olvera Salinas, quien ha estado participando en la peregrinación durante 24 años, también compartió su perspectiva sobre la celebración y el legado familiar.
“Que mi papá cumpla 75 años es una emoción muy grande, es la herencia que nos ha transmitido de generación en generación, un ejemplo a seguir y dar gracias a la Virgen y Dios por un año más de vida, trabajo y seguir los pasos de él. Tengo 28 años”, dijo Juan Carlos.
Juan Carlos invitó a otros a unirse a esta experiencia espiritual, destacando el impacto personal que ha tenido para él. “Invitamos a los hermanitos a vivir esta experiencia, a vivir con fe este caminar”, agregó.
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Su participación en la peregrinación, siguiendo los pasos de su padre, refleja una continuidad de la tradición familiar y el profundo sentido de devoción compartido entre ellos.
La peregrinación al Tepeyac no solo representa una práctica religiosa para José Carmen y su hijo, sino también un legado familiar que ha sido mantenido a lo largo de los años. La celebración de los 75 años de José Carmen y los 24 años de Juan Carlos destaca la importancia de esta tradición en su vida y en la de su comunidad.