Debido a la pandemia de Covid-19, las 23 organizaciones que componen a la comunidad de danzantes en Querétaro, tuvieron que modificar su tradición para continuar con los festejos de la Santa Cruz de los Milagros; siendo algunas de estas medidas la reducción del aforo en sus oratorios, la suspensión de las danzas y la visita espaciada del Templo de la Cruz, en grupos de 15 personas.
Con una velación poco usual, agrupaciones como “Unión de Danza Azteca de Querétaro” arrancó con la celebración en su capitanía, donde a diferencia de otros años, se reunieron solo las personas más allegadas a la mesa de concheros.
Con cubrebocas y a puerta cerrada, sus integrantes se congregaron en torno al altar de su oratorio ubicado en el barrio de la Cruz, donde con música y alabanzas invocaron a las ánimas de sus antepasados hasta la madrugada de ayer.
De la misma forma ocurrió con los concheros de la “Mesa Central Chichimeca”, quienes luego de la velación, desde el barrio de San Francisquito tomaron rumbo al Templo de la Cruz para colocar su Chimal; una macro ofrenda elaborada con flor de cucharilla, hinojo, romero, flores, pan y fruta, que año con año los miembros de esta organización instalan afuera de la iglesia, para alabar a la Santa Cruz.
A diferencia de otros años, el levantamiento fue realizado en la madrugada, como una estrategia para evitar la aglomeración de personas.
Los festejos de la Santa Cruz de lo Milagros continuarán mañana, aunque sin la algarabía que otros años ha reunido a cientos de concheros de México y otros países, en el Cerro de San Gremal, hoy atrio del Templo de la Cruz.
De acuerdo con el mito fundacional de Querétaro, fue en este lugar donde en 1531, indígenas de la región se enfrentaron a los españoles en una batalla que llegó a su fin tras la aparición de Santiago Apóstol sobre su caballo y una cruz resplandeciente, a la que los originarios – desde entonces–, le rinden culto con sus danzas y música tradicional.