Iglesia católica llama a no caer en los excesos en esta temporada

ZULEMA LÓPEZ

  · lunes 3 de diciembre de 2018

La navidad no se compra, advirtió Martín Lara Becerril. Fotos: Martín Venegas

La Diócesis de Querétaro llamó a los católicos a vivir la temporada decembrina dentro de su creencia, y por tanto, no permitir que excesos (entre ellos embriaguez o libertinaje), los desvíen de la preparación para el nacimiento de Jesús, pues se trata de una época de “vela y oración”.

Martín Lara Becerril, Vicario General de la Diócesis de Querétaro, indicó lo anterior en entrevista, en la cual resaltó que el periodo de “Adviento” se compone de cuatro semanas, que inician el primer domingo de diciembre para lograr que la grey se prepare para el nacimiento de Jesús.

Hoy empieza formalmente la época navideña, señaló el vocero de la Diócesis de Querétaro./Iris Ochoa.

Enfatizó que el Nacimiento de Jesús anunció una nueva vida para el mundo, de ahí que se trata de un tiempo hermoso, que debe aprovecharse para vivirlo con un espíritu verdaderamente cristiano.

“Dijo San Pablo, en el mensaje del día de hoy, “conviene que vivan como verdaderos cristianos”; hay que evitar excesos, eso es lo primero… todo los excesos son malos, en cualquier rubro todos los excesos son malos, entonces, evitar los excesos. Es un tiempo de mucha convivencia y cercanía familiar, evidentemente que sí hay que aprovecharlo, pero siempre de una manera muy sana, que nos ayuden, que nunca se pierda esta relación humana”.


CUATRO SEMANAS DE PREPARACIÓN

Cada una de las semanas se aprovecha para que los católicos se centren en un tema, que les permita desarrollar la actitud necesaria para prepararse para la Navidad y, “en esta primera semana, la palabra de Dios es muy clara, conviene que vivan como cristianos… tener muy viva la esperanza de que Dios viene... La segunda, estén alertas para que ni la embriaguez, ni el libertinaje, ni las malas costumbres a uno lo puedan desviar esta preparación gozosa, estar alerta para no desviar el camino y, la tercera característica que dijo Jesús: estén en vela y en oración constante”.

Dijo que el “Aviento” se representa con una corona, que simboliza como Dios no tiene principio ni fin, el verde significa esperanza, mientras que la fruta simboliza la riqueza divina.

“La semana que entra va a venir otra característica y así sucesivamente, hasta que nosotros estemos listos para recibir a Jesús, arrodillarnos delante de Él, en el “Portal de Belén”.


LA NAVIDAD NO SE COMPRA

Advirtió que los signos cristianos no deben olvidarse y por tanto, los hogares nunca deben sustituir el “Pesebre de Belén” por un Santa Claus, a los borreguitos por un trineo y a las piñatas con una borrachera, pues los cristianos no deben perderse en el ambiente de gran consumismo, pues la Navidad es una alegría desbordante producto del encuentro personal con Dios.

“La Navidad no se compra, es un encuentro personal con Dios, por medio del nacimiento de su hijo Jesús. La alegría viene por el nacimiento del niño Jesús, la alegría no viene de afuera, si no la alegría viene de adentro del corazón, nacido del encuentro personal con Dios”, de ahí que urgió a que cada domingo acudan a misa, para avanzar dentro de esa preparación para la Navidad.


SON TIEMPOS VIOLENTOS

Por separado, el sacerdote Rafael Gavidia, dentro del sermón dominical, urgió a iniciar el periodo de “Adviento” libres de las preocupaciones mundanas. Enfatizó que hacerlo no significa cerrar los ojos a la realidad del mundo.

“Son tiempos difíciles, tiempos convulsionados por muchas cosas, tiempos violentos, tiempos de hambrunas, incluso podríamos quedarnos enfocados hacia allá, e iniciar el tiempo del “Adviento” llenos de preocupación por las cosas que suceden, pero tenemos que ser un poquito más puntuales y no quedarnos en ese amarillismo que nos caracteriza, porque si leemos desde ahí el Evangelio vamos a decir “sí, son catástrofes, son situaciones difíciles… son miles de cosas las que nos preocupan y las que nos aterran”… y olvidar lo más importante… las palabras de Jesús, que viene a inyectar en nosotros ese entusiasmo, para que iniciemos este tiempo, el tiempo del “Adviento”, y este año litúrgico, con una actitud diferente”.

Sólo al lograr una actitud diferente, remarcó, es posible cambiar las realidades al interior de cada persona, al interior las familias, del país y dentro de la propia iglesia, indicó al finalizar.