La Iglesia Católica está obligada a brindar apoyo a los migrantes, no importa cuál sea su situación legal en el país, principalmente por el reforzamiento de las acciones migratorias del Gobierno federal.
El presidente de la Comisión Diocesana para la Pastoral de la Comunicación, Gustavo Licón Suárez, explicó que el papel de la Iglesia es apoyar a los necesitados, por lo que en las 95 diócesis del país y en las 10 mil parroquias se brindará apoyo a los migrantes que recorren el país en su camino hacia Estados Unidos.
“Independientemente de las causales para salir de su entorno propio, la Iglesia es llamada siempre a promover la caridad, siempre a promover la persona en todas sus dimensiones, en este caso si una persona migrante cruza por nuestro territorio, la iglesia está llamada a manifestar la caridad en este contexto particular que es la asistencia”.
Dijo que en las parroquias y casas del migrante se brinda apoyo con comida, ropa, atención médica y proveer un espacio para que puedan descansar y asearse.
Reconoció que las medidas tomadas por las autoridades federales son validad, incluso necesarias para regular el paso de los migrantes, pero la iglesia no cuestiona el origen o procedencia de quienes buscan una mejor forma de vida.
“La autoridad civil debe implementar las medidas de seguridad para que contribuya al bien social de nuestro país y de cada uno de los estados que se cruce, esta visto con buenos ojos”, finalizó.