Justo estaban en el curso de regularización de matemáticas, cuando la maestra Jesyca interrumpió la clase para decirle a sus alumnos que salieran a ver el eclipse al patio central del Auditorio Gómez Morín. "Creo que estoy más emocionada que mis alumnos a pesar de que tuve la experiencia de haber vivido el de 1991", expresó.
Para Mariela, de 15 años, una de sus alumnas, fue bonito conocer algo nuevo que tiene que ver con la astronomía. "Fue muy bonito para mí porque pude verlo además a mí me gusta mucho la astronomía", argumentó.
Zoe, de 13 años, quien también se regulariza en matemáticas con la maestra Jesyca, dijo que es algo poco común que casi nunca se ve y que por lo tanto es un día que recordará por mucho tiempo.
"Estoy contenta de haber visto el eclipse, y es algo que voy a recordar", compartió.
Emiliano, de la misma edad, aunque con un poco de timidez, también expresó su alegría por haber observado este fenómeno para el cual se preparó durante toda la semana.
Mientras que Sergio y Rosario acudieron también al Gómez Morín con sus hijos de 10 años, cuates ambos, quienes argumentaron que seguramente el lunes su maestra les preguntará quién lo vio y la experiencia que tuvieron.
Los papás recuerdan que en 1991 vivieron el eclipse total desde la Ciudad de México.
"Yo tenía 4 años pero me acuerdo muy bien cuando se hablaba de eso y salimos a la calle para verlo", dijo Rosario.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
Su esposo Sergio mencionó que él tenía 11 años cuando vivió aquella experiencia que para ellos fue quizá de más impacto que la que se vivió este 14 de octubre.
Argumentaron que quizá esperaban más de este eclipse, aunque se mostraron satisfechos por haber visto la alegría de sus hijos, quienes lo observaron a través de unos lentes.
"Los lentes los compramos en línea para estar listos y nos costaron 70 pesos", mencionó Rosario.