Los principales riesgos naturales para el municipio capitalino son la escasez de agua, las inundaciones urbanas y el calor extremo, informó Enrique Uribarren Castro, presidente del Observatorio Ciudadano para la Protección Ambiental de Querétaro, quien advirtió que estos factores representan las mayores amenazas a la población y deben ser atendidos con urgencia por las autoridades y la ciudadanía.
Un reciente informe del Fondo Mundial para la Reducción de Desastres y la Recuperación (GFDRR), a través de la herramienta en línea ThinkHazard!, clasifica ciertos peligros en la región, como las lluvias y tormentas que generan los ciclones e incendios forestales, con un riesgo alto.
Uribarren Castro resaltó que a nivel nacional Querétaro se ubica en el sexto lugar con escasez de agua, lo que implica que este tema cuente con un riesgo alto, al ser el vital líquido, requerido por la población.
"Nosotros presentamos un riesgo muy alto de escasez de agua. A nivel nacional, somos el sexto con mayor nivel de estrés hídrico", afirmó.
Explicó que los principales acuíferos que abastecen a la zona metropolitana, como el del Valle de Querétaro, Valle de Amazcala y Valle de Buenavista, se encuentran sobreexplotados, lo que ha reducido significativamente la disponibilidad de agua por habitante.
Enrique Uribarren detalló que antes había 1,590 metros cúbicos de agua por persona al año, pero actualmente esa cifra ha disminuido a 990 metros cúbicos, lo que sitúa a la región en una condición crítica de escasez hídrica. Este panorama refuerza la necesidad de tomar medidas más estrictas para conservar y gestionar el agua de manera eficiente en la capital queretana.
Otro de los riesgos que el presidente del observatorio señaló es el calor extremo, clasificado como riesgo bajo. Uribarren refirió que, en los últimos años, Querétaro ha visto un incremento considerable en las temperaturas, siendo el 9 de mayo de este año un ejemplo claro, cuando se superó la temperatura histórica en la capital, alcanzando los 38.2 °C.
"La temperatura promedio en Querétaro ha aumentado significativamente en las últimas décadas. En 2020, la media era de 20.8 °C, y ahora es de 22.1 °C", explicó, sugiriendo que el riesgo de calor extremo debería reconsiderarse como alto, dado que las ondas de calor se han vuelto más comunes y prolongadas.
En cuanto a las inundaciones, el informe de ThinkHazard! refiere que, antes de dedicar una gran cantidad de recursos a cualquier proyecto, se debería realizar un estudio del terreno circundante puede ayudarle a sopesar si debería realizar una evaluación o intervención más pormenorizada
Al respecto, Uribarren Castro recordó que “entre 1999 y 2019 se reportaron 234 eventos de inundaciones en Querétaro, lo que equivale a un promedio de 12 inundaciones por año”, mencionó.
Destacó las áreas más afectadas, como Santa María Magdalena y las zonas bajas de Santa Rosa Jáuregui, donde las inundaciones son recurrentes debido a las características geográficas del terreno y la falta de infraestructura adecuada para manejar las precipitaciones.
“Las inundaciones no son un riesgo bajo como señala el reporte, ya que estas ocurren con frecuencia y afectan a zonas urbanas vulnerables en la capital”, enfatizó Uribarren. Además, subrayó la importancia de mejorar los sistemas de drenaje y la captación de agua pluvial para mitigar estos efectos.
Respecto a los ciclones, el informe de ThinkHazard! clasifica el riesgo como alto, pero Uribarren Castro precisó que, aunque Querétaro no es una zona costera, los efectos de los ciclones pueden sentirse en la región en forma de vientos fuertes y precipitaciones.
"Podemos sufrir algunas de las consecuencias, como vientos más veloces y lluvias intensas, pero no en la magnitud que señala el reporte", comentó.
En cuanto a los incendios forestales, clasificados con un riesgo alto, Enrique Uribarren coincidió en que es un peligro relevante, aunque quizás no tan frecuente como en otras regiones. No obstante, reconoció que zonas como el Parque Nacional El Cimatario y Peña Colorada son vulnerables, especialmente en temporadas secas prolongadas.
“Las condiciones de sequía extrema y la acumulación de material vegetal seco aumentan las posibilidades de incendios”, advirtió.
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Preparación y conciencia ciudadana
Uribarren hizo un llamado a las autoridades y a la ciudadanía para mejorar la preparación ante estos riesgos y fomentar la conciencia sobre el cambio climático.
"Es fundamental tener un Atlas de Riesgos actualizado y difundirlo entre la población. Las herramientas que tenemos deben ser accesibles y utilizadas para prevenir y mitigar los efectos de estos fenómenos naturales", dijo.
Finalmente, enfatizó la necesidad de fortalecer la infraestructura urbana para hacer frente a fenómenos climáticos extremos y garantizar la seguridad de la población.
"El cambio climático está afectando nuestra región de manera clara, y es nuestra responsabilidad tomar medidas adecuadas para reducir su impacto", concluyó.