Con el objetivo de conocer si existe relación entre los niveles sanguíneos de prolactina y diferentes marcadores en la nutrición de pacientes renales, estudiantes de la Maestría en Nutrición Clínica de la Facultad de Ciencias Naturales (FCN) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) desarrollan la investigación “Relación entre los niveles sanguíneos de prolactina y el estado nutricional en pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) en etapa de hemodiálisis”.
De acuerdo con Fernando Solar Montejano, estudiante de la Maestría en Nutrición Clínica en la Facultad de Ciencias Naturales (FCN), quien es uno de los involucrados en este proyecto, explicó que a pesar de que diversas publicaciones científicas refieren que alrededor del 70 por ciento de los pacientes con este problema cuentan con dicha alteración de prolactina en sangre, hasta ahora no se ha investigado cuál es el efecto de esta situación en el estado nutricional.
Al respecto, el universitario expresó que los resultados preliminares de la primera fase de investigación han detectado que ciertos marcadores de los pacientes con los niveles de prolactina más altos indican que no hay una desnutrición como se pudiera haber pensado, lo cual pone sobre la mesa la pregunta del porqué de esta situación. Esto se ha visto principalmente, dijo, en las medidas antropométricas que han llevado a cabo de las personas analizadas tales como índice de masa corporal (IMC), pliegue cutáneo tricipital y circunferencia muscular de brazo, entre otras.
“Esta hormona (prolactina) tiene más de 300 funciones descritas en la literatura científica y de ahí es de donde pudimos atar cabos y relacionar que esta alteración pudiera tener algo que ver con el estado nutricio”, afirmó Solar Montejano, quien señaló que cuando el riñón deja de funcionar, todas sus funciones colapsan, lo que hace que puede llevar a otros problemas como cardiacos y desnutrición.
Agregó que, de acuerdo con un estudio hecho por el Instituto Nacional de Salud Pública sobre las causas de mortalidad en la población, en lo referente a enfermedades del riñón, en los últimos 20 años la mortalidad por este problema aumentó casi 400 por ciento, debido principalmente a la diabetes y la hipertensión arterial ocasionadas por un mal estilo de vida.
Para los investigadores, las alteraciones de la nutrición de pacientes con ERC (en mayor medida desnutrición calórico-proteica) es una complicación frecuente que se tiene una prevalencia hasta del 54 por ciento debido a factores como el catabolismo de proteínas secundario al tratamiento de diálisis, menos ingesta alimentaria y resistencia a la insulina, entre otros.