El experto en Geociencias Ramón Zúñiga Dávila-Madrid del Campus Juriquilla de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que actualmente se estudian las fallas geológicas presentes y conectadas con Querétaro, puesto que investigan las interacciones que podrían hacer más perceptibles movimientos telúricos en el estado.
De acuerdo con el especialista, el elemento que hizo que el sismo del pasado 7 de septiembre se percibiera en los municipios queretanos fue que el epicentro se dio dentro del territorio nacional y no en el mar, como en otras ocasiones.
“Estuvo dentro del continente, en general, es más común que los sismos ocurran fuera de la costa, al estar dentro del continente es más eficiente la transmisión de las ondas que nos llegan, por eso lo sentimos en Querétaro más claramente que incluso otros sismos de mayor intensidad”.
Señaló que, mientras ocurran movimientos de esa naturaleza, no habría mayor problema más allá de la sensación, sin embargo, “el riesgo que tenemos en Querétaro es diferente, es más relacionado con lo que está ocurriendo al sur de San Luis Potosí (…) donde hay fallas muy parecidas a las que hay aquí en Querétaro”.
Sostuvo que, “el hecho de que ocurran en estas fallas cercanas a las poblaciones, un caso que tenemos es el de 1912 muy cerca de la población de Acambay en el Estado de México, este sismo ocasionó mucho daño a todos los poblados cercanos, prácticamente destruyó Acambay y Temascalcingo, a este tipo de sismos son a los que tenemos que ponerles atención”.
En el instituto de Geociencias de la UNAM Campus Juriquilla actualmente estudian las probabilidades de que los fenómenos sismológicos de esta naturaleza sucedan cerca de Querétaro, puesto que en el estado sí hay fallas geológicas importantes.
La principal falla que estudian es la del Pacífico, puesto que es la principal en el territorio mexicano “es la que ocasiona los sismos más grandes de México, tanto esa como las fallas locales que son muchas, no todas son tan peligrosas pero justo ahora estamos estudiando la más cercana a Acambay, que es la de Venta de Bravo, la Falla Pastores y Villa de Reyes que se están moviendo bastante y se han sentido aquí al norte”.
“No podemos anticipar que haya algo en este momento que nos diga que hay un peligro, no lo podemos decir, pero los reglamentos de construcción sí deben estar para este tipo de eventualidades.
El también ingeniero en geociencias, señaló que es posible reestructurar las construcciones de los edificios de más de cuatro pisos que no fueron hechos para resistir movimientos telúricos, asimismo, refirió que las diversas áreas de la ingeniería ya han investigado al respecto.