El joven "Adrián" de 22 años se dedica a la recolección de escombro que los camiones de empresas constructoras trasladan hacia un terreno localizado en la lateral de la carretera hacia Tlacote, donde también vive junto con otras personas desde hace dos meses en una pequeña choza hecha de lámina y cartón.

Casi por la 17 Zona Militar existe un terreno utilizado para llevar escombro diariamente, donde jóvenes foráneos han llegado a vivir para ordenar y separar la basura y demás artículos que se encuentran entre los escombros, a fin de cambiar el material por unos centavos.

"Trabajamos aquí, somos del tiradero. Vienen camiones de diferentes empresas cuando hacen demoliciones y tenemos que checar, reciclamos y a veces aprovechamos para acomodar las cosas; de aquí sale, de parte del entorno", dijo "Adrián", quien prefirió omitir su nombre por motivos de seguridad.

Él, junto a otras personas, viven en este terreno cerca de dos meses, provenientes de Guadalajara, Jalisco, quienes encontraron en Querétaro y en ese terreno la posibilidad de ganarse la vida, donde además viven con tres perros que los acompañan y protegen.

"Apenas acabo de saber esto, llevo una semana dedicándome a recolectar material de lo que se hace. En Querétaro llevo cerca de seis meses, aquí viviendo dos y más o menos unos 15 días en este trabajo, donde recogemos y llevamos las cosas para vender".

Y es que, el joven jalisciense contó que en su estancia en Guadalajara se encontraba trabajando como parte del mantenimiento y remodelación de carreteras, sin embargo, tuvo una mala experiencia por la que decidió intentar hacer su vida en Querétaro.

"Estaba en una empresa donde trabajábamos fuera haciendo carreteras, de mantenimiento y remodelación, pero salió tranza la empresa y se llevaron retroexcavadora y ahí nos dejaron a nosotros abandonados", explicó, quien añadió que se vino con otras dos personas que también tuvieron problemas con dicha empresa.

Detalló que diariamente los camiones llegan a tirar escombro, en un terreno que tiene dueño y que se les dio la oportunidad de vivir ahí, contando con pocos servicios básicos, utilizando una batería de automóvil para la generación de luz y comprando garrafones de agua para el aseo personal.