Se hablan sin palabras. Basta con una mirada para que su mamá entienda que Jesús Iván quiere un juguete o está aburrido. A sus 43 años de edad, Herlinda Moreno narra que su hijo tiene más de 6 años de luchar contra un tumor canceroso que se alojó en su cerebro y lo dejó sin poder caminar ni oír.
Jesús Iván habla muy poco, pero no necesita hacerlo. Herlinda reconoce sus miradas, los movimientos de sus manos y lo ayuda de manera inmediata. A los 3 años Jesús se quejaba de dolor de pies y de cabeza, tenía mucho vómito, pero el diagnóstico de cáncer no era algo que se esperaban. “Fue en un abrir y cerrar de ojos”.
El proceso fue largo desde que llegaron al Hospital de Especialidades del Niño y la Mujer. Jesús Iván perdió la audición hace tres años, luego dejó de caminar, pero no se rinde. Sentado en la pierna de su mamá todavía alcanza a jugar con otro niño y con un cochecito.
Herlinda recuerda fechas importantes: el 16 de octubre que será el cumpleaños de Iván y ya tendrá 10 años. El 7 de mayo cuando le diagnosticaron cáncer a su hijo y de eso, ya habrán pasado 7 años.
“Me preguntan ¿cómo lo entiende? No lo sé. Él habla muy poco, usa una diadema para escuchar, pero no la tolera porque es a presión y él ya no tiene parte del cerebro, parte de su cabeza, pero él entiende, pregunta si vamos a ir al hospital, pero el 7 de mayo vamos a cumplir 7 años con la enfermedad”, cuenta Herlinda.
Para ella, su hijo tiene toda la vida por delante y no puede superar que esté enfermo, aunque lo vio dejar de jugar, dejar de sonreír y ella se obligó a “dejar” a sus otros tres hijos, para dedicarse al más pequeño.
“No quería saber de mis otros hijos, sólo de él, que es el más chico, mi tiempo es para él, no lo hemos superado porque su tumor es muy agresivo y los médicos no pueden asegurar que el cáncer se vaya, hoy nos dicen que el tumor está de un tamaño, pero mañana está de otro, pero seguimos adelante, fue difícil cuando le tuvieron que quitar parte de la cabeza, pero no nos rendimos”, insiste.
Herlinda no se detiene. Seguirá cada paso del tratamiento, cada terapia, cada recomendación. La vida de Jesús Iván lo vale y sabe que eso lo tienen claro en la familia. “Es el más pequeño, nosotros seguimos adelante”.