Desde hace diez años, Julia Barrera se convirtió en queretana por adopción, aunque su travesía no fue fácil, pues los primeros días se enfrentó a situaciones realmente desfavorables.
Ahora ya tiene el apoyo para ofrecer sus productos del campo cada domingo en el atrio de Santa Rosa de Viterbo, donde permanece sólo durante la mañana, mientras duran las ceremonias eclesiásticas, y el dinero que gana le sirve para vivir.
“Tengo rentando diez años aquí en Querétaro… Aquí me gustó en Querétaro y aquí sigo trabajando. No conocía a nadie cuando vine (por primera vez), así anduve batallando también, pa´ encontrar casa de renta, hasta me dormía en la calle… (Pasé) como unos cuatro meses durmiendo en la calle… hacía frío, la lluvia, nos mojábamos, no teníamos donde irnos a bañar, a lavar, pedíamos permiso por allá a la gente, dónde lavan los carros pedíamos permiso para lavar nuestras ropas”.
Esos principios difíciles los vivió acompañada de una concuña, una nuera y su nieta, quienes también ya viven en Querétaro.
Mazahua es su lengua original y lo emplea orgullosamente para comunicarse con sus amigos y familiares e hijos, a quienes se la inculcó, incluso explica que quien quiera hablar en esa lengua lo puede hacer, pues considera que es fácil de aprender.
Una vez a la semana acude al Estado de México, de donde es originaria, para comprar frutas, verduras y hortalizas que ofrece a los queretanos, no obstante lamenta que cada vez los productos se los dan más caros, por lo que ella tiene que ajustar los precios, aunque siempre procurando ofrecerlos económicos.
También en un puesto aledaño le dan oportunidad de ofrecer sus productos y ya hasta tiene clientes que la buscan, pues enfatiza que pese a que crecen los precios, ella trata de mantener sus productos a bajo costo.
Explica que la semilla cruda subió de precio, al igual que el carbón que utiliza para tostarla y la sal con la que la prepara, de ahí que el “tazoncito” más barato lo da a 10 pesos y el más caro a 15.
La cebolla también subió de precio, pues ahora la tiene que ofrecer, limpia y pelada, a 15 pesos el manojo, la bolsa de manzana a 20, a 10 la pieza de ajo, el jitomate cherry a 12 pesos y “yerbitas” (como manzanilla y epazote), a diez pesos.
“Así como ha subido todo también, ya no puedo dar (todo) a diez (pesos), porque no tengo nada de ganancia”.
Como cada domingo, espera a que con la misa dominical llegue un alto número de fieles, interesados en adquirir productos de primera necesidad que ella ofrece para mantenerse, tal y como hace desde hace ya, una década.