Es entendido el contexto en el que la diputada Elsa Méndez Álvarez gritó durante la sesión solemne de la LIX Legislatura (celebrada en Jalpan de Serra) “¡Que viva el señor obispo!”, comentó el presidente de la mesa directiva del Congreso, Roberto Cabrera Valencia, ya que se hacía un reconocimiento al primer contingente del camino de San Junípero Serra.
“Está en todo su derecho, la sesión solemne se prestaba de toda manera, porque estábamos reconociendo el primer contingente del camino de San Junípero Serra, donde la Diócesis tiene una participación importante en su trabajo para rescatar la tradición y parte espiritual que hay en todos los que somos feligreses”.
Cabrera Valencia puntualizó que lo que el estado laico propone es una separación de la Iglesia y Estado más no con el derecho a religión de los servidores públicos, que fundamentó es una garantía individual como se plasma en el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
“Que la libertad no se confunda con el estado laico, que como sabemos en México el 93 por ciento de la población profesa alguna religión y el otro siete por ciento no se identifica con ninguna y eso es respetable. No olvidamos que somos representantes populares y tenemos una tarea importante pero finalmente nos identificamos con nuestros representados y cada quien va matizando su trabajo de acuerdo a sus convicciones”.
“TODOS TENEMOS UNA LIBRE EXPRESIÓN”
Mientras que la diputada Elsa Méndez Álvarez dijo que cada quien tiene el libre derecho de manifestarse y que ella con la expresión ¡Qué viva el señor obispo!, ella no ofendió a nadie y fue algo que en ese momento quiso hacer.
“En ese momento hice mi comentario porque fue consensado hacer la sesión en Jalpan de Serra y entregar a la asociación civil un reconocimiento por el primer camino que se estaba haciendo. La laicidad se violentaría en que algún funcionario interviniera en alguna decisión de la iglesia o viceversa”.