Saúl Ragoitia Vega, rector del seminario Conciliar de la Diócesis de Querétaro, destacó la Virgen de Guadalupe como un símbolo de esperanza y consagración, subrayando su significado como elemento unificador, cuya fe se erige no solo como una práctica religiosa, sino como un lazo de paz y entendimiento entre las personas.
Durante la tradicional misa por el Día de la Virgen de Guadalupe en las instalaciones de Diario de Querétaro, en Constituyentes 122, Ragoitia destacó los dones y la gracia de Dios como guía fundamental en el camino de los fieles creyentes.
"¿Qué significa para nosotros este acontecimiento? ¿Qué significa la presencia de Guadalupe en tu vida? ¿Qué dice? ¿Qué viene a tu mente, a tu corazón? En una palabra ¿cómo lo dirías? Alegría, paz, tranquilidad, confianza, esperanza, amor, luz, gozo, fe, misericordia", cuestionó al personal de esta casa periodística”.
El vicario abordó el don de la sabiduría, un carisma del Espíritu Santo que concede gracia al ser humano. “Este don, caracterizado por brindar orientación, capacita para comprender y proclamar la verdad bíblica de una manera aplicable a diversas situaciones de la vida”, añadió.
"Un don hermosísimo es la sabiduría. El Espíritu Santo nos da 7 dones y 12 frutos. El primer don que se nos da desde el bautismo es la sabiduría. Me gusta mucho este don, porque no se trata de un conocimiento enciclopédico, sino el gusto, el paladar, el olfato para las cosas de Dios".
Ragoitia enfatizó que la Virgen de Guadalupe irradia la plenitud de la gracia divina. Quienes se identifican como guadalupanos, señaló, deberían buscarla con el propósito de hallar respuestas tanto a sus inquietudes espirituales como a los desafíos de la vida en pareja, social y como padres. Esta búsqueda constante, según él, contribuirá a que cada día seamos mejores guadalupanos.
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"La gran noticia que se celebra este día, es que la Virgen nos viene a salvar de nuestra propia fragilidad. Porque con Dios somos fuertes. Diría San Pablo, benditas fragilidades, en ellas me glorío para no presumir que son mis propias fuerzas, sino los dones de Dios. Por eso lo más terrible que le puede pasar a una sociedad es olvidarse de Dios".
Finalmente, el vicario subrayó que el meollo de la creencia guadalupana reside en el mensaje, que representa la liberación y un rescate espiritual al que cada creyente debe acercarse, destacando la importancia de escuchar el llamado de Dios como la clave para asegurar la paz social.