En una búsqueda por abrir espacios a la dramaturgia contemporánea en el que además, se generara un intercambio entre los distintos miembros de la escena dramatúrgica nacional e inclusive, con artistas de otras latitudes y también la local, hace 15 años, bajo la iniciativa de Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio (LEGOM) y Edgar Chías, nació la Muestra Nacional de Dramaturgia, ahora Festival.
Con una nueva dirección, ahora integrada por Imanol Martínez y Patricia Estrada, este encuentro continúa con su vocación e incluso en su última edición, celebrada del 17 al 21 de julio pasado, abrió las puertas al mundo editorial.
La décimo quinta edición del festival, celebrada en el 2017, tuvo una serie de problemas presupuestales que hicieron tambalear; en medio de esa discusión se puso en tela de juicio cuál era la importancia que tenía este festival para el desarrollo de la escena local; cuál era la importancia de que se hiciera aquí, sí era viable que se mudara a otra ciudad, e incluso el por qué invertir en un festival que en mayor parte se nutre de los invitados foráneos.
Derivado de este cuestionamiento, es que en la décimo sexta edición, realizada hace apenas una semana, a través de una mesa de diálogo moderada por Martínez; Mariana Hartasánchez, Juan Carlos Franco, Addi Nahúm Jacobo y Miguel Ángel Sánchez, dialogaron sobre lo que ha dejado el Festival a lo largo de este tiempo y sí es que en realidad ha logrado formar dramaturgos.
Gran parte de mi formación la pienso gracias a este festival
Juan Carlos Franco / Dramaturgo
Los cuatro, incluyendo a Imanol, quien en el 2016 obtuviera el Premio Nacional de Dramaturgia Manuel Herrera, coincidieron en señalar que sus primeros acercamientos fueron como público, posteriormente como participantes.
“Empecé como espectador en la cuarta edición, yo estaba descubriendo el teatro. Empecé a escuchar a esos dramaturgos, y empezaba a notar como había una distancia grande con lo que proponía el texto y los directores, apreciabas las virtudes y vicios del texto del director del dramaturgo (…) Parte de mi educación teatral ha sido aquí en el Festival, con esa experiencia se desdoblaban dos dimensiones, gran parte de mi formación la pienso gracias a este festival”, refirió Franco, joven dramaturgo con más de 14 obras y cuyo texto, “Los delirantes” montaje también bajo su dirección, participó dentro de la 35 Muestra Nacional de Teatro.
Por su parte, Addi Nahúm Jacobo y Miguel Ángel Sánchez, impulsados por la obra de Mariana Hartasánchez y su participación dentro de las primeras ediciones del festival, comenzaron a tener este encuentro con la dramaturgia.
Teatro contemporáneo
Edición tras edición y en cumplimiento de su vocación, el FJD busca un diálogo escénico en el que se hablen las nuevas voces de la dramaturgia mexicana a través de sus propuestas estéticas, líneas poéticas e incluso con una voz de demanda social generacional. En consecuencia de la mira de estas nuevas visiones se oferten nuevas propuestas que generen un estilo contemporáneo a la cartelera local conformada por uno de los corredores teatrales más importantes dentro de la cartografía de la escénica nacional.
“Ha marcado al teatro, Querétaro. La primera forma es que muchos de los textos que se han trabajado aquí como director y dramaturgo, han sido producidos en esta ciudad, primero los que eran producidos con el apoyo del Manuel Herrera, que desde hace seis años ha dejado de tener esa aportación para presentarlo.
Ha abonado la teatralidad queretana, tenemos a la fecha un referente como El Corral de Comedias, aunque ahorita se están abriendo nuevas puertas dentro del teatro comercial. El contaminar la idea de actuación con muchas formas con exploraciones el teatro queretano no sería lo que es hoy sin el festival”, sumó Franco.
Sin duda el Festival abrió un diálogo con todo el país, y estadísticamente es garantía de que a partir de él se han empezado a montar mucho más obras de dramaturgo mexicanos
Mariana Hartasánchez / Dramaturga
Por su parte, Hartasánchez, una de las dramaturgas más importantes de la actualidad en el país, aseguró que de no haber percibido las posibilidades que el festival estaba aperturando al presentar al público nuevas propuestas teatrales desde la narrativa hasta la escénica, el ahora extinto espacio de Sabandijas del Palacio nunca hubiera sido abierto.
“Ha sido un espacio para la presentación de estéticas. Existe una cierta tendencia o amor por la narraturgia (…) a nivel ideológico, las redes sociales han orillado a una sobre explicación del ser y eso se vuelve burdo, hay cosas que deben quedarse. Pero es esta una oportunidad para preguntarnos y saber por qué es que se está escribiendo así. Por qué se está diciendo y de qué forma.
Sin duda el Festival abrió un diálogo con todo el país, y estadísticamente es garantía de que a partir de él se han empezado a montar mucho más obras de dramaturgo mexicanos”, expresó Mariana, actriz, dramaturga y escritora.
Formación extracurricular
Querétaro, como uno de puntos teatrales más importantes dentro del país, tiene como formador principal a la Universidad Autónoma de Querétaro con licenciatura en Artes Escénicas, con línea terminal en Actuación.
Dentro de esta línea, es que a lo largo de su existencia ha tenido una vinculación no formal con el FJD a través del trabajo con algunos de sus egresados, pese a los intentos de relación, no ha existido un trabajo directo con este espacio de la dramaturgia.
“El conservadurismo radica en la Facultad de Bellas Artes. Por qué si es el principal lugar de formación de teatro, por qué no se construye una idea diferente de teatro. Pero lo que ha hecho este festival es empujar un poco la idea que se tiene como teatro; desafiar la idea que tenían nuestros maestros de teatro, empezar a pensar el fenómeno teatral desde una perspectiva contemporánea y más atenta a lo que ocurre en el país.Se debe tratar de que las cosas cambien en el interior, me atrevería a decir que ya no es funcional”, sostuvo Juan Carlos.
Coincidieron en demandar la ausencia de la representación de la UAQ como institución principal formadora de actores.
