Por las calles del Centro Histórico de San Juan del Río, es sencillo encontrar a un bolero, a un cantante presentándose en un restaurante o a un vendedor tratando de comerciar sus pulseras hechas a mano.
Es el comercio tradicional, a la antigua, que ha sido y seguirá siendo el corazón de la economía de cientos de miles de familias en México. Como las nuevas generaciones lo ven, traer un "tostón" o la conocida "morralla" puede hacerte disfrutar de una nieve en un carrito o de unos deliciosos esquites con tu elotero de confianza.
Con ellos no necesitas tarjetas de crédito o transferencias bancarias para conseguir lo que quieres, y hasta recibes un cálido recibimiento, una sonrisa y un gran producto como los pueden encontrar a donde sea que mires en las calles de tu ciudad.
Hay quienes hasta su vida se juegan en plena calle, esperando la luz escarlata de un semáforo, para convencer automovilistas ya sea tragando fuego o haciendo malabares que merecen unas cuantas monedas por su talento y que tienen que correr a una acera antes de que la luz cambie y el curso de las unidades continúe.
Esta es la mirada de quien a veces pasa desapercibido, de quien no nos enteramos que esa moneda que tal vez para una persona de clase media es sólo algo más, para otros puede ser la comida de sus hijos, es por eso que se necesita volver la mirada, para notar que hay gente a la que podemos ayudar.