/ domingo 25 de agosto de 2024

La mirada de Gerardo Tavarez / Don Fili, un abuelo que resiste al tiempo

A sus 86 años sigue al frente de su frutería en el pueblo mágico de Pinal de Amoles, ha sido testigo de los cambios en su pueblo y cómo los turistas llenan sus calles cada fin de semana

En Pinal de Amoles, un pequeño pueblo en la Sierra Gorda queretana que en los últimos años se ha convertido en un destino turístico, Don Fili es un símbolo de perseverancia y esfuerzo, a sus 86 años, sigue al frente de su frutería, un negocio que abrió hace más de tres décadas con el objetivo de sacar adelante a su familia, y al igual que muchos abuelos, su historia nos recuerda el valor de quienes no se rinden a pesar de las adversidades y los cambios que trae la vida con los años.

"Empecé con la frutería para mantener a mi familia", dice Don Fili, sentado detrás del mostrador que también ha sido testigo de los cambios de su pueblo, Pinal de Amoles un pueblo que en sus comienzos fuera una comunidad minera, hoy es un pueblo que los bienes de semana se llena de turistas en busca de aventuras, en este contexto, su frutería se enfrenta a un entorno económico completamente diferente, donde los turistas que visitan el pueblo no suelen detenerse en su pequeño establecimiento, en donde con una sonrisa, comenta: “¿Pues qué les vendo? Si ya casi no tengo nada”.

La vida para Don Fili no ha sido fácil en los últimos años, aunque tiene algunos problemas auditivos, esto no le impide seguir abriendo su tienda a las 6:00 de la mañana y cerrándola hasta a las 8:00 de la noche, recibiendo con una sonrisa amable a todo aquel que entre a su tienda. Desafortunadamente la falta de capital ha reducido su inventario. “Me gustaría tener la tienda más surtida, pero no tengo recursos”, dice con resignación, quien ahora con la ayuda de su hija, que le trae mercancía para vender, intenta mantener el negocio en funcionamiento, aunque reconoce que la situación es complicada.

Las dificultades económicas no son el único obstáculo que enfrenta Don Fili, el clima también ha jugado en su contra, durante las pasadas sequías, la escasez de productos y la baja afluencia de turistas afectó sus ventas aún más, ya que al bajar la actividad económica en el pueblo, también se ve reflejado en las compras de los vecinos en su frutería. De igual manera las lluvias fuertes, ya que la gente tampoco sale “Si llueve, no hay gente, como ahorita, está solo”, menciona mientras observa la calle vacía. Todos estos factores, aunado a la falta de recursos, le impide competir con otras tiendas del pueblo, incluso minisúpers, que están mejor surtidas.

A pesar de todo, Don Fili mantiene una actitud positiva. "Lo que más me gusta es estar aquí, platicando con los amigos", dice. La interacción con las personas que se acercan a su tienda es una de las cosas que más disfruta de su día a día, ya que para él, el negocio no solo es una forma de ganarse la vida, sino también un espacio donde puede compartir historias y pasar el tiempo en compañía.

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Este 28 de agosto, Día del Abuelo, es una oportunidad para reconocer a personas como Don Fili, que a pesar de la edad y las dificultades, son un ejemplo de fortaleza para seguir adelante, no darse por vencido y enfrentar las adversidades siempre con buen humor y una sonrisac, su frutería, aunque pequeña y con pocas cosas que ofrecer, es un testimonio de su dedicación, su trabajo incansable y su amor por la comunidad.

En Pinal de Amoles, un pequeño pueblo en la Sierra Gorda queretana que en los últimos años se ha convertido en un destino turístico, Don Fili es un símbolo de perseverancia y esfuerzo, a sus 86 años, sigue al frente de su frutería, un negocio que abrió hace más de tres décadas con el objetivo de sacar adelante a su familia, y al igual que muchos abuelos, su historia nos recuerda el valor de quienes no se rinden a pesar de las adversidades y los cambios que trae la vida con los años.

"Empecé con la frutería para mantener a mi familia", dice Don Fili, sentado detrás del mostrador que también ha sido testigo de los cambios de su pueblo, Pinal de Amoles un pueblo que en sus comienzos fuera una comunidad minera, hoy es un pueblo que los bienes de semana se llena de turistas en busca de aventuras, en este contexto, su frutería se enfrenta a un entorno económico completamente diferente, donde los turistas que visitan el pueblo no suelen detenerse en su pequeño establecimiento, en donde con una sonrisa, comenta: “¿Pues qué les vendo? Si ya casi no tengo nada”.

La vida para Don Fili no ha sido fácil en los últimos años, aunque tiene algunos problemas auditivos, esto no le impide seguir abriendo su tienda a las 6:00 de la mañana y cerrándola hasta a las 8:00 de la noche, recibiendo con una sonrisa amable a todo aquel que entre a su tienda. Desafortunadamente la falta de capital ha reducido su inventario. “Me gustaría tener la tienda más surtida, pero no tengo recursos”, dice con resignación, quien ahora con la ayuda de su hija, que le trae mercancía para vender, intenta mantener el negocio en funcionamiento, aunque reconoce que la situación es complicada.

Las dificultades económicas no son el único obstáculo que enfrenta Don Fili, el clima también ha jugado en su contra, durante las pasadas sequías, la escasez de productos y la baja afluencia de turistas afectó sus ventas aún más, ya que al bajar la actividad económica en el pueblo, también se ve reflejado en las compras de los vecinos en su frutería. De igual manera las lluvias fuertes, ya que la gente tampoco sale “Si llueve, no hay gente, como ahorita, está solo”, menciona mientras observa la calle vacía. Todos estos factores, aunado a la falta de recursos, le impide competir con otras tiendas del pueblo, incluso minisúpers, que están mejor surtidas.

A pesar de todo, Don Fili mantiene una actitud positiva. "Lo que más me gusta es estar aquí, platicando con los amigos", dice. La interacción con las personas que se acercan a su tienda es una de las cosas que más disfruta de su día a día, ya que para él, el negocio no solo es una forma de ganarse la vida, sino también un espacio donde puede compartir historias y pasar el tiempo en compañía.

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Este 28 de agosto, Día del Abuelo, es una oportunidad para reconocer a personas como Don Fili, que a pesar de la edad y las dificultades, son un ejemplo de fortaleza para seguir adelante, no darse por vencido y enfrentar las adversidades siempre con buen humor y una sonrisac, su frutería, aunque pequeña y con pocas cosas que ofrecer, es un testimonio de su dedicación, su trabajo incansable y su amor por la comunidad.

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