Después de haber perdido su empleo por complicaciones de salud debido a la Covid-19, Carla Contreras decidió emprender su negocio en base a los conocimientos que adquirió desde los siete años de edad en tejido a mano.
Gracias al tejido ha encontrado la forma de subsistir y tener en ello una terapia que la ha fortalecido en temas de salud, “yo trabajé para tiendas departamentales, durante la pandemia me enfermé y me quitaron el trabajo, busqué opciones y no veía nada claro” …
Destacó que gracias a la herencia del tejido que le dejó su madre, ha logrado emprender, encontrando el mercado de los amirugumis, los cuales vende en su puesto ubicado en el tianguis de Avenida de la Luz.
“Gracias al tejido he encontrado una terapia para mis problemas de salud, ahora imparto talleres y ayudo a la gente a salir adelante, como ellos me apoyan a mi”.