Las obras de 5 de Febrero y zonas aledañas cada vez hacen más difícil el traslado en la ciudad, una de las alternativas es andar en bici y aunque el sol esté a todo lo que da, sirve para llegar pronto a tu destino pero ¿tenemos las vialidades necesarias?
A pesar de que la obra de Paseo 5 de Febrero prioriza a peatones y ciclistas, el tiempo de espera para que la obra esté terminada se ha vuelto un martirio dentro del día a día, pues pelear un lugar en la carretera contra automóviles y motos para no invadir la banqueta en la que transitan los peatones, es todo un reto.
Las avenidas que conectan de manera central a la capital del estado llevan años sin contar con estructura vial que priorice la pirámide de movilidad, que aunque al paso de los años y de los gobiernos se ha intentado incluir a los ciclistas dentro de una estrategia, siempre llegan a ser insuficientes por la falta de una buena planeación urbana o de cultura vial.
Desde estudiantes, obreros, comerciantes hasta personas mayores de edad transitan todos los días por 5 de Febrero a las orillas de la carretera y en situaciones complicadas en las que un tráiler se aproxima, lo mejor que se puede hacer es usar la la banqueta, la cuál no es la mejor alternativa pues a los peatones no siempre les parece pertinente.
El puente peatonal de 5 de Febrero a la altura de la Universidad Autónoma de Querétaro siempre fue un fiel compañero para los estudiantes que todos los días lo cruzaban para ir y venir a la parada del camión e incluso en los meses pasados fue un aliado para cruzar está avenida, -aunque sea a empujones- en su bicicleta.
Aunque el proyecto de Paseo 5 de Febrero se anuncia como una obra que priorizará la pirámide de movilidad que tiene como primer lugar a peatones y ciclistas, estos meses e incluso años pueden ser difíciles y día a día vivimos a expensas de que no suceda un por menor en el trayecto de estas personas que usan su bicicleta para acercarse a su destino.
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