En 1955 llegó a Querétaro una de las primeras heladerías en el municipio, Helados Gina. Roberto Ortega abrió la primera heladería llamándola igual que su hija mayor Gina y junto a su familia establecieron este negocio.
Arturo Ortega, mejor conocido como Gino, creció en este negocio culinario desde que su padre Roberto abrió la primera heladería y desde entonces desarrolló un paladar distinguido.
“Desde los diez años yo ya estaba moviendo la leche con el azúcar, pelando las frutas y fui aprendiendo”, añade.
Después de estar un tiempo en Estados Unidos, Gino regresa a Querétaro y decide abrir su primer heladería Gina en el número 22 de la calle Ignacio Pérez.
Con su experiencia y don en las papilas gustativas, Gino comienza a experimentar y crear nuevos sabores de helado como pay de limón, pastel de chocolate, pay de queso, choco rocas y su propia versión de beso de ángel.
Después de la muerte de su padre, Gino junto a sus hermanos continúan abriendo más sucursales en otros municipios de Querétaro y en otros estados de la república.
En los noventas, Helados Gina ganó un premio de calidad y prestigio en Querétaro, este momento, recuerda Gino, es uno de las más memorables junto a la heladería.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
Actualmente, Gino reconoce que es hora de pasar la batuta a sus hijos y sobrinos con el conocimiento que tienen por el helado y una nueva visión del negocio. Por ello, decidió abrir por su cuenta una última sucursal en Peña de Bernal, ubicada en la plaza “Bernal de mi corazón” y así disfrutar los frutos de su arduo trabajo, la vida y el helado.