La elaboración de artesanías como la muñeca Lele, originaria del municipio de Amealco se ha vuelto un trabajo familiar, puesto que se dividen las labores de cosido, bordado, corte y relleno.
De acuerdo con Arturo Gregorio, comerciante del andador Libertad en el Centro Histórico, la tradición de las muñecas proviene de su madre, fallecida hace cinco años e iniciadora de la tradición.
Aunque los artesanos de Santiago Mexquititlán, particularmente, ya han adquirido máquinas de coser para el armado de las muñecas, el hilado de los listones que adornan las cabezas de las Leles sigue siendo a mano, completamente artesanal.
En una muñeca grande de 40 centímetros de alto se llevan alrededor de tres horas y su precio de venta al público es de doscientos pesos.
Aunque Gregorio es uno de de los establecidos en carritos de venta especializada en el andador, la competencia es fuerte cuando de ventas se trata, puesto que la oferta es amplia y la afluencia de visitantes desde la pandemia, la tradición persiste.
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