La propuesta que hizo Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI, de modificar la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos para que las familias de México tengan acceso a armas de mayor calibre y puedan tener opción de defenderse de la delincuencia, más que oportuna es oportunista, pues tiene una motivación coyuntural política.
Al tratarse de una propuesta del líder de partido tan minado en su legitimidad como actor político, y cuya autoridad está más que cuestionada, invalida cualquier argumento y solo puede vérsele como una cortina de humo pues se trata de un planteamiento que tiene una agenda paralela u oculta en el sentido de buscar popularidad para un actor político que hoy en día tiene un posicionamiento negativo en el actual escenario nacional.
Recordemos que el Artículo 10 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos señala que los habitantes de los Estados Unidos Mexicanos tienen derecho a poseer armas en su domicilio, para su seguridad y legítima defensa, con excepción de las prohibidas por la Ley Federal y de las reservadas para el uso exclusivo de la Fuerza Armada permanente y los cuerpos de reserva y, a este tenor, la ley federal determinará los casos, condiciones, requisitos y lugares en que se podrá autorizar a los habitantes la portación de armas.
Pero en un contexto de violencia e impunidad, generado por la crisis de inseguridad qué hay en el país, se ha demostrado estadísticamente que la disponibilidad y concesión de armas de mayores calibres, no necesariamente va de la mano con una disminución de la violencia y mucho menos de los incidentes homicidas en un determinado lugar y determinado periodo.
Por el contrario, ello coadyuvaría a empeorar la ya crítica situación que en este rubro se vive en nuestro país.
Lo que sí es cierto, es que poseer un arma o varias armas en los domicilios no garantiza la seguridad absoluta de un ciudadano.
Las condiciones que vive México, exigen políticas lo suficientemente serias como para garantizar la seguridad ciudadana, lejos de pretender encontrar una solución con la autorización de portación de armas sin ningún control.
Propuesta política o no, persecución política o no, el lunes catearon la casa del líder tricolor en su natal Campeche donde fue gobernador.
Este culebrón de Alito va para largo.