La marcha del domingo ha revelado la disputa política adelantada por las elecciones presidenciales del 2024. Sin embargo, unas horas antes se consumaba en la Cámara de Diputados la aprobación del presupuesto para el Instituto Nacional Electoral con una disminución de casi 4.5 mil millones de pesos, además de que la mayoría morenista se prepara para la designación a modo de cuatro consejeros del órgano electoral.
Esto depende de su aprobación, aunque en palabras del secretario de Gobernación la reforma al INE podría estar aprobada en diciembre y, si no, utilizarán un plan B para reformar al árbitro electoral.
El presidente López Obrador olvida que cuando se rebasa el límite de la resistencia psíquica de un pueblo cualquier elemento puede convertirse en detonante. Y el tema INE ha sido, para esta ocasión, un gran detonante. Y es así que un grave error del presidente López Obrador ha sido minimizar la cantidad de ciudadanos que salieron de forma orgánica a quejarse, y esto no solo en la CDMX sino en varias entidades del país, incluso en varios de los gobernados por el partido oficial.
Esta marcha ciudadana pudo unificar muchas causas y también deja claro que Morena no las tiene de todas favorables en la CDMX para las próximas elecciones y esto puede perjudicar el proyecto presidencial del alfil de López Obrador: Claudia Sheinbaum quien se vio duramente atacada en las redes sociales por su afán de reventar la marcha con aquello de la contingencia ambiental, carta que se sacó de la manga a última y no le dio el resultado esperado pues el malestar ciudadano fue generalizado.
Lo cierto es que en todo este contexto aplica lo dicho por el refranero popular en el sentido de que “si vez las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”.
Y es que en Estados Unidos a una semana de que pasaron las elecciones intermedias, no se trata del triunfo de estos o aquellos, sino del rechazo contundente de la mayoría del electorado a las teorías de la conspiración alrededor de Donald Trump y su narrativa sobre un fraude electoral, jamás probado en el 2020, y sus constantes ataques verbales, sustentados en terribles denostaciones, a cualquiera que se le ponga enfrente, un tanto la forma y fondo que usa el mandatario mexicano en la verborrea interminable en que sustenta sus argumentos.
Pero prácticamente todos los candidatos asociados a ese mito de que Trump pudiera volver a la Casa Blanca perdieron. Eso supone un conmovedor triunfo de la democracia y su defensa, y coloca al partido republicano en una disyuntiva urgente y difícil de superar en el futuro inmediato.
Trump está herido. No llegó la esperanza de su ola roja, incluso Trump ya tenía planeado anunciar ayer formalmente su aspiración presidencial en su mansión en Palm Beach, Florida, pero el resultado electoral le aguó la fiesta.
Y es que los republicanos se han volcado con el gobernador reelecto de Florida Ron DeSantis, un gobernador medio pero con grandes relaciones públicas.
Es decir ¿si en Estados Unidos se pudo frenar electoralmente al político que basa su fortaleza minimizando al rival, porque en México no? Como bien dice el Gobernador de Querétaro Mauricio Kuri, la marcha dejó un mensaje claro, hay esperanza.
Y sí que la hay.