Lo que muchos no entienden es que en política no se trata sólo de ganar adeptos, se trata también de ir introduciendo en la conciencia ciudadana quienes somos, de dónde venimos, qué buscamos, para quien lo buscamos y, lo más importante, cuál es el bagage conceptual que mueve esas intenciones.
Sucede entonces que de pronto en el medio político de nuestros días muchos pasan por alto lo que, a su ver, son detalles menores y uno de ellos es el trato que deben dar al electorado, trato que deviene de la idea que hoy se tiene del pueblo y que es, al final, un concepto que ha sido creado con el desgaste de sus propias condiciones; México es un país cuya movilidad social que está dando en las condiciones y sentidos menos deseables.
Acá los pobres lo son más y la distribución de la riqueza nacional no ha sido de la forma más adecuada. Las líneas del nocivo paternalismo son la esencia de la denominada “política social” del actual régimen.
Y es este capítulo el que más habrá de determinar qué clase de candidato presidencial se quiere y de qué filas debe provenir.
Y es así que, entonces, nadie la trae fácil y es por ese reducto que deben definir los perfiles. La preocupación entonces no debe ser cómo será el proceso de acomodo de fuerzas sino, más bien, quienes formarán parte de la tan ansiada cartelera y qué es lo que traen para contar al tan decepcionado ciudadano mexicano.
En este tenor, el panorama para nadie es claro incluida la oposición. Y si en el tema de las alianzas se figura un escenario de una gran alianza PRI - PAN - PRD, la incógnita será si MC se unirá a esta alianza para derrotar a Morena o jugarán solos.
Si va solo MC, complicaría en el escenario la derrota de Morena, pero MC quizás se posicionaría aún más como fuerza política, lo cual no deja de ser atractivo para ellos.
Esos puntos electorales, con los cuales MC puede llegar al 2024, podrían ser la balanza entre derrotar en una alianza opositora a Morena o la continuidad de la 4T y que el país siga por el errático rumbo en el que transita ahora.
Pero habrá que esperar a conocer las reglas del juego que se impondrán al proceso, y quienes serán los encargados de aplicarlas. Hay quienes parten de la legítima idea de un país mejor e, independientemente de las condiciones de las alianzas, podrían dar una certera sorpresa. El pueblo de México está preparado para ello.
En tanto, solo queda esperar el desarrollo de los acontecimientos porque la historia ya empieza a escribirse.