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Los paraderos del transporte público son parte de la infraestructura de movilidad requerida que la ciudadanía utiliza y necesita diariamente; sin embargo, dicho mobiliario urbano ha sido poco eficiente al encontrarse en aceras angostas y en algunos casos estorbar el tránsito peatonal, principalmente de personas con discapacidad.
En la capital queretana los paraderos han sido un tema poco frecuente al abordar la infraestructura de movilidad, por lo que la planeación urbana no ha sido abordada de manera plena a fin de resolver asuntos cotidianos en este dispositivo urbano de intercambio pasajero-autobús.
Muchos de estos se encuentran en mal estado, principalmente afectados en los vidrios de seguridad, utilizados en las marquesinas, que se encuentran dañadas constantemente, así como la presencia de graffiti en las mismas, además de no cubrir las necesidades de protección para la lluvia o el sol.
Asimismo, se vuelven complicado el tránsito peatonal al encontrarse en zonas de la banqueta que impiden la circulación eficiente, donde personas con alguna discapacidad encuentran afectaciones en su paso, y las personas que se encuentran a la espera del transporte tienen que bajarse de la banqueta en los momentos de aglomeración en horas pico.
Además, entre las quejas ciudadanas está que los operadores no respetan los sitios destinados y que, en muchos casos, hay "paraderos fantasma" no oficiales, es decir, espacios que no cuentan con la infraestructura, pero que por costumbre se utilizan para bajar o subir a alguna unidad, lo cual no está regulado.
La distribución de los paraderos también representa una problemática al avance del transporte público, ya que algunos, como los localizados en Boulevard Bernardo Quintana, entre Pie de la Cuesta y Prolongación Corregidora, tiene cinco, lo que genera mayor tráfico en una vialidad de alta demanda vehicular.
Considerando los datos del Instituto Queretano del Transporte (IQT), en 2015, en el sistema de transporte de la Zona Metropolitana operan 74 rutas oficiales y dos adicionales con variaciones de ruta, para lo cual empleó a 1 550 conductores con 1 234 unidades matriculadas y se reportaron 11 mil 312 quejas.
Para atender a los usuarios, existen en la Zona Metropolitana 1 050 paradas con una distancia promedio entre ellas de 450 metros. No todas se encuentran equipadas y son consideradas como oficiales las que cuentan con cualquier tipo de señalamiento vial o infraestructura que indica o interpreta este uso; otros lugares de ascenso y descenso funcionan por costumbre o comodidad de los usuarios
