Con una cruz de madera en sus manos adornada con diferentes tipos de flores, es como Apolinar llegó, como cada año, al templo de La Cruz para ofrecerle a Dios su trabajo y pedirle que bendiga a él y a sus compañeros en su labor diaria como albañil, en una fiesta que cada 3 de mayo se conmemora con devoción.
Sin mayor festejo, la sacristía del Templo de La Cruz comenzó a llenarse de personas que con su cruz en mano esperaban la presencia del sacerdote, quien tras pedir la protección de Dios bendijo a cada uno de los trabajadores de la construcción que devotamente acudieron a preservar la tradición de la exaltación de la Santa Cruz.
“Es el día de la crucita, la que nos ayuda por el día del albañil, venimos a bendecirla para ponerla en la obra y pedirle a Dios que nos ayude en nuestro trabajo y por eso hay que bendecir, para que no nos pase nada”, afirmó Apolinar Camacho Aguilar.
Con flores, listones y cintas de colores, los trabajadores de la construcción creyentes, llegaron al Templo de La Cruz para continuar con la tradición que llegó con los primeros evangelizadores que llegaron a América, quienes acostumbraban colocar cruces en las nuevas construcciones de iglesias, monasterios y lugares públicos.
En palabras del vocero de la Diócesis de Querétaro, Martín Lara Becerril, son los fieles católicos quienes han contribuido a brindar colorido a esta celebración al pintar y adornar las cruces y llevarlas a bendecir a los templos, particularmente al de la Santa Cruz.
“Es un tema bastante sentido en el pueblo católico desde la conquista de la cultura mexicana, esta imagen de la cruz se amoldó a toda la nueva fe que surgía y entonces la imagen de la Santa Cruz ha quedado muy grabada en la mente y corazón de los mexicanos, hace una reverencia la misterio pascual de Cristo (…); es una celebración arraigada y responde a razón de que cuando los primeros evangelizadores llegaron a estas tierras acostumbraban colocar cruces en las nuevas construcciones de iglesias monasterios y lugares públicos”, afirmó Lara Becerril.
Para Ismael Gutiérrez este día es muy especial, toda vez que es el “día de los albañiles”, por lo que tras recibir la bendición del sacerdote, esperan con gusto la celebración que en ocasiones es pagada por el encargado de la obra o por los propios trabajadores.
“Es el día de los albañiles y festejamos ya sea que el jefe nos haga la comida o entre todos nos ayudamos para hacer el convivio, el chiste es celebrar y pedirle a Dios que nos proteja sobre todo en los caminos que emprendemos”, finalizó.