La pandemia y las políticas económicas y sociales del gobierno federal han incrementado la informalidad laboral en nuestro país. El 80% del Producto Interno Bruto (PIB) en México es generado por las empresas. Sin embargo, solamente el 44% de la Población Económicamente Activa (PAE) se encuentra en este sector. El 56% de los empleos se encuentran en la economía informal que solamente contribuye con el 20% del PIB.
Paradójicamente, el gobierno federal se ha negado a apoyar al sector formal de la economía en detrimento del propio crecimiento del país, de más empleo y mejor pagados. Esta circunstancia incide en que 31 millones de compatriotas se encuentren trabajando en la economía informal con ingresos menores a los que se pagan en las empresas, sin prestaciones laborales y particularmente sin servicios de salud y vivienda.
En algunos estados el panorama es dramático. Por ejemplo, en Oaxaca, el 80% de los trabajadores se encuentran en la economía informal; en Chiapas, el 76% y Puebla, el 72%. En contraste, Querétaro es de los estados con menor informalidad laboral con un 42%, gracias al esfuerzo de empresarios y del gobierno estatal y los municipales.
Los programas de asistencialismo social del presidente de la República, si bien ayudan a muchas personas en situación de pobreza, impacta marginalmente en el desarrollo económico del país y por ende a la recuperación económica, ya que la mayor parte de la derrama de estos recursos van a dar a la economía informal.
La economía informal es un lastre para el país. En primer lugar, no pagan impuestos (IVA, ISR, ISN) y claramente, no contribuye a que el gobierno tenga más recursos que pueda utilizar para mejorar los servicios de salud, educación, infraestructura, etc. En segundo lugar, su productividad es un 70% menor que la generada por el empresariado, por lo que peso gastado en la informalidad es un peso improductivo.
Parte de esta improductividad se da por la baja escolaridad de quienes están en este sector, el que no puedan tener acceso a financiamientos, a programas públicos o privados de formación empresarial y que no pueden insertarse en la cadena productiva formal, lo que les permitiría incrementar sus ingresos, entre otros factores.
Además, la economía informal es un elemento que contribuye al desarrollo de la delincuencia organizada y a la inseguridad, ya que parte de los productos que se ofrecen son piratas, robados o ingresan ilegalmente a nuestro país.
Si deseamos mejorar las condiciones de bienestar de toda la población, el gobierno federal debe revisar sus políticas de apoyos asistenciales para crear programas que fomenten la formalidad y la creación de empresas para que los menos favorecidos puedan tener más y mejores empleos con prestaciones sociales y se incrementen las contribuciones al erario, para que así, todos podamos tener mejores servicios educativos, salud, transporte, infraestructura, cuidado al medio ambiente y muchos más que incrementan los niveles de bienestar.
Amigo lector, si tú te encuentras en la informalidad, te invito a que veas las bondades de pasarte a la formalidad, donde tendrás la oportunidad de generar un mayor crecimiento para tu negocio, pagar mejor a tus colaboradores. Al ser formal y pagar tus impuestos, estos te serán regresados en mejores servicios públicos. Trabajemos unidos por el bien común de México.
*Presidente de COPARMEX Querétaro