Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Zacatecas y la lista de estados secuestrados por la violencia ocasionada principalmente por el crimen organizado crece. Tan sólo el fin de semana del 14 al 16 de octubre, los homicidios dolosos en nuestro país sumaron 283 víctimas, la mayor cifra de asesinatos registrados en nuestro país en lo que va del año; son datos, no suposiciones, pero de manera preocupante el gobierno federal dice tener otros datos.
De acuerdo con los reportes diarios de Homicidios Dolosos generados por el Grupo Interinstitucional integrado por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), la Secretaría de Marina (SEMAR) y la Fiscalía General de la República (FGR), los estados de Guanajuato, Jalisco y Michoacán alcanzaron el mayor número de muertes, pues registraron 32, 31 y 30 homicidios dolosos, respectivamente, seguidos del Estado de México con 26 y Nuevo León con 24, solo en los días 14, 15 y 16 de octubre.
Un dato aterrador publicado por agencias de seguridad de los Estados Unidos afirman que el 35% del territorio nacional está controlado por el crimen organizado.
Habrá que esperar la estadística que publica el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), pero los reportes preliminares hacen evidente una escalada de violencia en el país, pues en los primeros 16 días de octubre suman ya mil 255 víctimas de homicidio doloso, con un promedio diario de 78.4 muertes.
Es urgente que se ajuste la estrategia de seguridad, que ponga al centro a las personas y su dignidad; necesitamos un plan que parta de la prevención del delito, que fortalezca con personal, equipamiento, capacitación y capacidades a las corporaciones policiales, que se les dote de recursos económicos necesarios a las autoridades locales y que ayude a fortalecer el sistema de procuración de justicia desde los ministerios públicos, las policías ministeriales y se respalde a los jueces.
Si la violencia está ganando terreno es porque el Estado mexicano está mostrando señales graves de debilidad e improvisación que derivan en impunidad y esto debe revertirse y una prueba de ello es que 2021 fue el año que registró la cifra más baja desde 2012 en el número de sentencias condenatorias por el delito de homicidio doloso, puesto que en ese periodo han caído 77.8 por ciento esas sentencias pasando de 4 mil 662 a apenas mil 031 sentencias.
En Coparmex, nos solidarizamos con las familias de las víctimas de la violencia en todo el país y al mismo tiempo exigimos a las autoridades y a las corporaciones de seguridad federales que actúen con eficacia en el esclarecimiento de los crímenes, implementen con urgencia una verdadera estrategia de seguridad y regresen la paz y la seguridad a las todas las calles de México, pues las y los mexicanos no podemos esperar más. Desde el sector empresarial manifestamos nuestra mayor disposición a colaborar con las autoridades en esta tarea, siempre lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo.
*Presidente de COPARMEX-Querétaro