Los casos que menores migrantes, que van en aumento, preocupan a la iglesia católica, ya que son uno de los sectores más vulnerables y más expuestos a cualquier tipo de abuso, ya se de las autoridades o durante el viaje.
El vicario general de la Diócesis de Querétaro, Martín Lara Becerril indicó que la migración para buscar mejores condiciones de vida es un derecho humano, incluso el mundo está hecho a través de migraciones pero en la sociedad moderna los países están delimitados y se ha dificultado el flujo de gente, además de que siempre los países ricos son los que atraen más migración.
“Es una preocupación porque los niños al ser menores de edad adolecen de la protección de sus padres y son víctimas muy fáciles de todo tipo de abusos, entonces es una preocupación porque un niño no alcanza a dimensionar ni las distancias, ni los peligros, realmente son muy vulnerables y es una preocupación ver en un grupo de migrantes a menores”.
Dijo que la migración se tiene que ver desde dos perspectivas, la migración de los pueblos centroamericanos que van de paso por México hacia Estados Unidos y la de los mexicanos hacia el país del norte.
“Cuando la migración empezó siempre hacia los países ricos que son objeto de migraciones, en este caso por la cercanía con Estados Unidos que es una gran potencia por eso se mira hacia allá, al principio era una migración de hombres y temporal, posteriormente en los años 90s las mujeres empezaron a migrar también, ya pasando el año 2000 fue más frecuente y después es la migración de familias completas y en los últimos cinco años vimos aparecer a los niños migrantes”.
Lara Becerril indicó que en Querétaro se han atendido a familias completas que migran, aunque ven niños o adolescentes solos, en la mayoría de los casos vienen en resguardo de personas conocidas, pero enfrentan el reto de abandonar a sus familias”.
“Querétaro es un estado muy hospitalario y preocupado por la situación migrante, realmente es una sociedad que ha respondido al fenómeno migratorio y la migración que viene de los países centroamericanos la persona que va en tránsito debe tener garantía de todos sus derechos individuales que nadie busque aprovecharse de ellos”, finalizó.