La limpieza forense es una labor fundamental, aunque poco conocida, que se encarga de devolver la dignidad y el orden en espacios que han sido escenarios de tragedias, accidentes o fallecimientos violentos. Es un trabajo que implica sensibilidad, conocimiento y compromiso, ya que se trata de enfrentar realidades duras para garantizar que los espacios puedan ser habitables de nuevo.
Roberto Chaparro, especialista en limpieza forense con varios años de experiencia, explica que "es un trabajo donde no sólo limpias, sino que ayudas a las personas en momentos difíciles, llegamos cuando nadie más quiere estar ahí". La labor de su equipo va más allá de la limpieza: implica un proceso de sanación para las familias afectadas, quienes muchas veces no pueden o no quieren enfrentar lo que ha sucedido.
Este es un servicio escaso pero necesario, en México, existen pocas empresas dedicadas a las limpiezas forenses, entre cinco y siete, según Chaparro, y lo que comenzó con la limpieza de autos de lujo, para poder seguir dándoles uso después de algún accidente, se convirtió en lo que hoy es “Limpiezas Profesionales Forenses Querétaro” una de las pocas empresas certificadas a nivel nacional para realizar este trabajo de manera profesional, la cual hoy cuenta con varias sucursales en diferentes estado, como CDMX y Aguascalientes, lo que también los ha llevado a que se encuentren próximos a grabar una serie con una de las productoras de streaming más grandes del planeta.
En un mundo donde pocos conocen la complejidad del trabajo detrás de las limpiezas forenses, en entrevista para el podcast de Diario de Querétaro, Roberto Chaparro, experto en este peculiar campo considerado como uno de los trabajos más peligrosos del mundo debido al riesgo bacteriológico de entrar a limpiar escenas con cuerpos en avanzados estado de descomposición, nos cuenta a los grandes riesgos que se enfrentan al realizar este trabajo tanto de salud, como psicológicos y hasta legales.
Su trabajo se centra en la limpieza de escenas que han sido afectadas por hechos delictivos o trágicos, incluyendo muertes naturales. “Las autoridades realizan sus investigaciones y, una vez que el lugar está liberado, somos nosotros quienes entramos a realizar la limpieza”, comenta. Esta labor no es sencilla, ya que implica el uso de productos específicos y conocimientos que van más allá de una limpieza doméstica convencional.
Este trabajo está considerado uno de los más peligrosos del mundo debido a los riesgos biológicos que conlleva. “El riesgo bacteriológico es altísimo; puedes estar expuesto a virus y gérmenes que, si no se manejan adecuadamente, pueden llevar a infecciones graves, como hepatitis o enfermedades bacteriológicas”, explica. Para minimizar estos riesgos, el equipo de limpieza utiliza trajes de protección completos y sigue estrictos protocolos de seguridad.
El proceso de limpieza comienza cuando los vecinos o familiares alertan a las autoridades sobre un hecho que requiere intervención. Después de que la policía investiga y determina si hay un delito, la escena queda disponible para la limpieza. Roberto aclara que “no podemos entrar a limpiar hasta que tengamos la autorización de la fiscalía. Siempre confirmamos que la casa esté liberada y que no haya evidencias que puedan ser relevantes para la investigación, ya que, si no lo hacemos, también podemos cometer un delito”, explica que si se viola cualquiera de estos protocolos, por más mínimos que sean, pueden terminar limpiando una escena de un crimen, lo cual tendría fuertes consecuencias legales.
Además de los riesgos físicos, Chaparro menciona que el impacto emocional de este trabajo es considerable. “Es común que las familias estén en un estado de shock tras una pérdida, y ser parte de ese proceso es delicado. Nos esforzamos por ser compasivos y profesionales, ayudando a las personas a recuperar la normalidad en sus vidas después de experiencias tan traumáticas”.
Es un proceso delicado y complejo que va más allá de la simple remoción de evidencias o rastros de un crimen o una muerte, implica lidiar con escenas de muerte, abandono, incluso descomposición, menciona que “La experiencia es fundamental; entre más casos manejas, más pericia adquieres en la atención a diferentes situaciones”, de igual forma menciona que a menudo es posible ver los diferentes rastros en una escena, o como fueron las últimas horas de vida de una persona, “ver por donde camino, que estaba haciendo, si sufrió, si se arrastró o que hizo antes de fallecer, y al mismo tiempo también es inevitable pensar o imaginarse que sería lo que cada persona pensaba o hacia antes de realizar o tomar una acción tan drástica, o encontrarlos en total abandono antes de fallecer”, menciona Roberto como algunas de las cosas más difíciles de su trabajo.
De igual manera para imaginarnos un poco como es su trabajo, describe su experiencia en las escenas de limpieza como algo similar a las representaciones cinematográficas: "Es como si entrara en una película, empiezo a imaginar cómo pudo haber sido la situación, cómo se movió la persona, qué decisiones tomó antes de fallecer." Su habilidad para reconstruir mentalmente las circunstancias de una muerte le permite no solo cumplir con su trabajo, sino también encontrar sentido en lo que ha sucedido.
Sin embargo, hay un aspecto que lo ha impactado profundamente: las muertes naturales y el abandono. En muchas ocasiones, las víctimas han estado solas durante días, incluso semanas, antes de que alguien las encuentre. "Es triste ver que muchos de los que deberían cuidar a estas personas no lo hacen, recibo llamadas de hijos que parecen más preocupados por el costo de la limpieza que por la pérdida de su familiar", afirma Roberto, quien también menciona que esa desconexión emocional le resulta muchas veces resulta desconcertante.
A pesar de la experiencia, admite que su trabajo no es simplemente un acto mecánico, la conexión emocional con las víctimas es inevitable, especialmente cuando se trata de personas de la misma edad que sus propios familiares. "Hay un caso que me marcó mucho: una mujer de ochenta años que había estado sola y había sufrido un gran abandono, me obsesioné con conocer más sobre su historia, sobre su soledad y su sufrimiento", confiesa, reconociendo que esta conexión no solo lo hace más empático, sino que también le provoca noches de insomnio y pesadillas.
También menciona que la carga emocional que siente puede ser abrumadora, y que a veces puede llegar a sentirse irresponsable por no buscar un apoyo psicológico más estructurado. "A menudo trato de hablar con mi psicólogo sobre estas experiencias, pero siento que no es suficiente, a veces, simplemente sueño con escenas de hace años, y eso me deja inquieto”, así como la “fantosmía”, una alucinación olfativa que te hace detectar olores que no están realmente presentes en el entorno, son algunas de las consecuencias psicológicas que con pueden aparecer poco o mucho tiempo después de limpiar agua escena de una tragedia.
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“No es solo el acto de limpiar; es la historia detrás de cada escena”, Roberto Chaparro menciona que en muchas ocasiones tanto para el, como para muchas familias, lo que realmente se necesita es un espacio donde se pueda procesar todo eso de manera efectiva, ya que la falta de apoyo emocional y psicológico especializado después de tener que realizar una limpieza forense es crucial en el proceso de sanación, y aunque intenta manejar las emociones a través de conversaciones con amigos y profesionales, hay un vacío que siente en el proceso, este proceso emocional no sólo afecta a quienes trabajan en este campo, sino también a las familias que enfrentan una pérdida de esa magnitud, ya que muchos de los que contratan este servicio parecen desbordados por la logística, sin el tiempo o el espacio para lidiar con el duelo que conlleva una pérdida de manera trágica.