Con playeras, cambios de ropa interior, gorras, lazos, ungüentos y cargador para celular, las personas migrantes que transitan por Querétaro viajan ligeros de equipaje, en su camino hacia Estados Unidos con la esperanza de un mejor futuro para ellos y sus familias.
Son decenas las personas que se encuentran en las distintas vialidades de esta ciudad, solicitando un apoyo económico o comida para enfrentar un viaje de semanas, incluso meses hacia su lugar de destino.
La mayoría proviene de los países centroamericanos, principalmente Honduras y El Salvador, y algunos otros del Caribe, sobre todo de Cuba y Haití, quienes transitan por las calles queretanas, con mochila a las espaldas como única pertenencia para resguardar otras tantas.
"Yo me llamo William, vengo de República Dominicana, pero soy de Haití", dice aquel joven, que por la zona de Prolongación Corregidora deambula, y su esposa a la sombra de un árbol, esperando su turno para pedir algunas monedas entre el tráfico.
"Guardo pocas cosas, mis cambios de ropa, una botella de agua, un pañuelo, mi pluvio (paraguas), nada más, algo de comida a veces, y lo que nos da la gente como manzanas", explica a Diario de Querétaro, quien lleva cerca de cuatro meses en la entidad.
A decir del vocero de la Diócesis de Querétaro, Martín Lara Becerril, a Querétaro llegan decenas de migrantes cotidianamente al ser un punto estratégico de paso, que da salida hacia el norte, sea a Ciudad Juárez o Tijuana, donde la mayoría de personas, como William, buscan llegar.
William pretende llegar a Tijuana, recién recolectó dinero para tomar un autobús e irse con su esposa, quien no está presente, y de ahí cruzar hacia Estados Unidos, para un futuro mejor, que no logró conseguir en su país.
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"Yo me fui porque allá no había nada. En Haití no hay nada, luego me pasé a Dominicana y no nos quieren muy bien allá. De mi casa solo trajimos ropa y comida, agua, es todo lo que tenemos, nuestras cosas".