En dos municipios distintos, la Fiscalía General de Querétaro negó la atención a una madre de Colón en busca de la suspensión de las convivencias de su hija, de cinco años, con su padre, ante una serie de crisis nerviosas que enfrenta la menor, desde hace algunos meses, por dichos acercamientos.
María Rosa Balderas Nicolás es habitante de la comunidad Las Cenizas, municipio de Colón, y aunque ha buscado desesperadamente que las autoridades de justicia le otorguen una orden de restricción contra su expareja, se han opuesto a ello.
En 2018 recibió la primera demanda para que el padre pudiera convivir con su hija y en 2020 una jueza le dio la custodia definitiva y estableció las convivencias entre padre e hija; sin embargo, al año de las convivencias la menor empezó a tener crisis nerviosas como hacerse del baño en casa o la escuela.
María llevó a su hija con el médico, quien la remitió a psicología para recibir atención e identificar las causas de su nerviosismo, y ahí le dijeron que había dos razones por las que la niña se hacía del baño, una por sufrir de violencia sexual o por violencia familiar. María también llevó a su hija al DIF de Colón, donde le recomendaron continuar con las convivencias, pese al rechazo de la menor.
“La niña se orina en la cama, se orina en la escuela, a cualquier hora del día, pesadillas, dejó de comer y ahorita ya son más fuertes porque después de la contestación que me dio el DIF, porque le digo que no quiere convivir con el señor, me dicen que, con la pena, tú vas a tener que entregar a la niña y que se levante constancia de las condiciones que se va y aunque patalee se la tienes que entregar”, comentó.
Recordó que el pasado 27 de octubre de 2023 recibió una segunda demanda y en noviembre del mismo año la citaron para que la jueza pudiera platicar con la menor, quien manifestó que no quería seguir conviviendo con su padre. Por ello, y ante el incremento en las crisis nerviosas, después del 16 de diciembre María impidió las convivencias, pese a ser consciente del riesgo que implica.
Además, en diciembre del año pasado acudió al DIF estatal, donde fue atendida por el procurador Manuel Hernández, quien le recomendó llevar a su hija al área de psicología del Hospital de Especialidades del Niño y la Mujer (HENM) para contar con un diagnóstico que permitiera la suspensión de las convivencias.
Al respecto, María contó que la psicóloga no ha identificado que la menor sea víctima de violencia sexual, aunque sí que se encuentra aterrada por los comentarios que le hacen su padre y la esposa de éste.
“Que las convivencias, como dijo el procurador del DIF, se suspendan, mientras se indaga qué es lo que está pasando, yo lo único que quiero es que ella esté bien (sic). El señor ha dicho que a él nadie le va a impedir llevarse a su hija, así se la tenga que llevar llorando o en las condiciones que sea, y nadie se va a imponer, porque según él nos va a demostrar que lo único que importa en esta vida es el dinero”, subrayó.
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El pasado 19 de enero acudió a la Fiscalía 4 para solicitar ayuda, pero la mandaron a la fiscalía de Colón por la cercanía donde radica; sin embargo, ni en la fiscalía de Colón ni en los juzgados cívicos ni en la Casa de Justicia de Colón ha tenido respuesta, siendo su único objetivo la protección de su hija.
“Yo quiero pedir una orden de restricción para que ya no se acerque a mis demás hijas, como protección mía porque la esposa del señor hace amenazas de que me van a meter a la cárcel, que ahí me van a matar, son los comentarios que le hace la esposa de él a la niña. Me dicen que no pueden girarme una orden de restricción en contra del señor porque no son como tal y me mandaron a juez cívico y me dicen lo mismo, no podemos hacer nada porque el señor es de El Marqués y tú eres de acá, y no podemos hacer nada”, añadió.