En México la tragedia de los feminicidios y de las violaciones constantes han fortalecido la creencia de que todos los hombres son en potencia violadores o acosadores, aseguró la antropóloga Martha Lamas al impartir la conferencia “Acoso, denuncia legítima o victimización” en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Querétaro.
Ante la presencia de alumnos y docentes de la institución, la antropóloga afirmó que dentro del discurso feminista sólo se habla de la violencia hacia las mujeres, sin reconocer que también los hombres la sufren, por lo que dijo, habría que profundizar y entender cuál es el enemigo principal.
“La violencia no sólo afecta a las mujeres aunque obviamente hay una violencia específica contra las mujeres pero también hay una violencia contra los hombres, igual en la visión de la justicia que subyace el discurso feminista que sólo habla de la violencia hacia las mujeres sin reconocer que también los hombre sufren violencia”, afirmó Lamas.
Basada en el libro que escribió el año pasado bajo el mismo nombre, la investigadora expuso sus fuentes, teorías e historia en la que basa su hipótesis de que no todo lo que parece acoso lo es, ya que dijo es importante diferenciarlo de las acusaciones ilegítimas, frenar las prácticas de difamación y reivindicar el debido proceso.
A este respecto dijo que su investigación no se basó en el análisis de los casos de acoso sexual denunciados, sino en el discurso de las investigaciones con el objetivo de mostrar la relación que existe entre la forma en la que se habla del acoso y las prácticas por medio de tres sociedades distintas: México, Estados Unidos y Francia.
Marta Lamas consideró que hay situaciones que en ciertos contextos podrían no ser considerados acoso, conductas que las mujeres padecen en el tránsito diario como piropos, propuestas y chiflidos, algo que dijo son usos y costumbres que en nuestro contexto no puede ser violencia.
Ante estas declaraciones los asistentes formularon diferentes preguntas a la escritora quien aseguró que no está a favor de los acosadores y que algunos grupos feministas le han dado otro sentido a su libro.