Estaban ofreciendo empleo, pero personas que tenían entre 18 y 28 años… yo escuché que llegaron a ofrecer a otros que tenían esas edades, pero no a todos… andaban por donde uno tenía las colchonetas descansando
Erling
Inmigrante hondureño.
Luego de pernoctar en el Estadio Corregidora en la capital queretana, cientos de migrantes se volcaron a la carretera México-Querétaro, dónde se les proporcionó transporte para continuar hacia su meta de llegar a la frontera con Estados Unidos.
Adultos, jóvenes y niños se encontraron entre quienes atravesaron el puente para subirse a las unidades, que empezaron a llegar desde alrededor de las 5:30 horas del viernes y, a eso de las 8:00 se estimó que unos diez trailers y camiones de redilas ya habían realizado el trayecto con los migrantes. Aunque a primera hora se indicó que los vehículos llevarían a los migrantes a San Luis Potosí, posteriormente se informó que se les ayudó a alcanzar los límites de Guanajuato.
Violencia y falta de oportunidades en sus países fueron los principales motivos que algunos de los migrantes indicaron que los obligaron a dejar sus países de procedencia y mientras algunos informaron que sí se les ofreció empleo para quedarse en la Ciudad de México, otros dijeron que nunca les llegó la información y otro, que la invitación sólo fue para los jóvenes.
Entre quienes incluso llegaron a trabajar en la Ciudad de México se encontraron Misael, Ramón y Ofelia. En los tres casos argumentaron que el trabajo lo hicieron con gusto, pero solo les proporcionaría 591 pesos por ocho días de limpiar, pintar y “chapear”, es decir, cortar yerba de la ciudad; mientras que uno de ellos, en su país tenía un negocio de teléfonos pero que, ante las exigencias de cuota del crimen organizado debió cerrarlo.
También externaron su preocupación de que Carlo, uno de los migrantes que los acompañaba, se dijo que fue detenido por Interpol, pues se le quiere acusar de transportarlos, lo cual, dijeron, es falso, pues era migrante como ellos y lo único que hacía era tratar de mantener el orden en el grupo.
Mientras esperaban un nuevo transporte se toparon con un hombre que se tambaleaba, cerveza en mano y aliento alcohólico; dijo ser de Oaxaca, les dio monedas a unos cuantos migrantes, a lo que otro hombre les dijo, “eso no se hace” y otro le reclamó que le ofrecía su envase de cerveza a los menores, por lo que reprochando entre gritos, el sujeto de la cerveza siguió su camino.
“Estaban ofreciendo empleo, pero personas que tenían entre 18 y 28 años… yo escuché que llegaron a ofrecer a otros que tenían esas edades, pero no a todos… andaban por donde uno tenía las colchonetas descansando”, indicó Erling proveniente de Honduras en dónde era conductor de autobús, labor que, dijo, era peligrosa, sobre todo porque las pandillas cobran cuota.
En Estados Unidos quiere dedicarse a lo que sea, pues lo que importa es tener un buen empleo.
Desde las cuatro de la mañana, narró Miguel, empezaron a formar grupos para dejar el Estadio y continuar con su jornada, misma que inició el 16 de enero, al dejar El Salvador.
“El gobierno no protege a sus empleados, ellos, lo que hacen, quizá es más atender presiones de delincuentes, o terroristas, como hoy se les llama, protegen más a ellos que a uno como empleado, y cuando una persona de estas comienza a amenazar para atentar contra la integridad física de uno, ellos se hacen los desentendidos, dejan pasar las cosas, a manera que todo se complique y, al final, uno se ve desamparado, prácticamente”, declaró.
Tras lo ocurrido en su país, su meta es buscar asilo político en Estados Unidos, pues su única meta es tener un empleo digno y libre de amenazas y como las de ellos.
Otra persona indicó que se sumó a ese grupo, pues en el que iba originalmente había mucho relajo y, como esas muchas son las historias dentro de los cientos de migrantes que atravesaron Querétaro, en busca de llegar a Estados Unidos.