Al menos unos mil pequeños inversionistas queretanos, entre empleados, profesionistas, amas de casa, pensionados y mini empresarios resultaron afectados por el denominado “fraude de Yox Holding”, que habría alcanzado un monto en el estado superior a los 300 millones de pesos, de acuerdo con estimaciones de los propios afectados.
Con base en la relatoría de los defraudados, Diario de Querétaro ha podido reconstruir el modus operandi del sistema que usó como fachada a los equipos deportivos, y sus alcances.
Todo empezó hacia el año 2018, cuando de la mano del equipo de basquetbol profesional Libertadores, Carlos Lazo Reyes, un ciudadano venezolano que se presentó como empresarios de diversos sectores de la economía, empezó a tomar prominencia social debido a su participación en franquicias deportivas en varios estados del país, entre ellos Querétaro.
Paralelamente a su actividad visible, desarrolló un ecosistema de empresas entre ellas un entramado relacionado con apuestas, que incluía una casa de apuestas en línea denominada UPick (que hoy se encuentra deshabilitada), un esquema de asesoría para apostadores, y un sistema “virtual” de inversión en apuestas seguras.
Y fue precisamente en este último esquema donde se fraguó el fraude que hoy tiene afectados a miles de personas en todo el país que creyeron en un proyecto que les garantizaba una rentabilidad mensual segura de 2.5% en el último tramo de sus actividades, pero que inició con 4%, bajó a 3.5%, y luego pasó a 3%.
El esquema era muy interesante. Se creó una red de promotores locales, se estima que en Querétaro había al menos unos 12, cuya misión era interesar a posibles inversionistas de participar en un sistema de apuestas con rentabilidad mensual asegurada, ya que contaban con un “algoritmo” que les daba con precisión los resultados ganadores.
“Ese algoritmo le permitía seleccionar quiénes. Eran, entonces, como casa de apuestas, pero tú no apostabas, te invitaba la gente a que depositaras una cantidad, mínimo de 10 mil pesos y múltiplos de 10 mil hasta un millón, dos millones, tres millones, no sé hasta cuánto (…) tú como cliente no te enterabas por quién apostaba, él tenía su combinación. El chiste es que cada mes, si tú empezabas tu contrato el día 3 de marzo, por decir algo, a partir del 3 de abril empezabas a recibir en tu cuenta”, recuerda Guillermo Castellanos, uno de los afectados.
La entrada mínima era de 10 mil pesos, y sólo se podía invertir en múltiplos de esa misma cantidad de manera ilimitada.
Para entrar, sólo se tenía que mandar una solicitud vía WhatsApp al promotor, con quien se acordaba el monto y la cuenta bancaria para depósitos y transferencias (podía ser cualquier banco del país), el inversionista depositaba ahí el dinero, posteriormente recibía el contrato con vigencia de 3 meses autorenovables hasta que él decidiera retirarse (lo cual debía hacer con 15 días de anticipación al vencimiento) por la misma vía, y así iniciaba la aventura.
El contrato protegía a Yox Holding, deslindando responsabilidades en caso de pérdida de capital por las operaciones que hubiera realizado, de tal manera que el inversionista, en caso de reclamar, tendría que demostrar que había apostado. Y para dirimir cualquier querella mercantil se tendría que hacer en el distrito judicial de Guadalajara, Jalisco, sede de la matriz de la empresa.
Y durante poco más de tres años, nunca hubo problema, de modo que la noticia de la inversión segura se difundió de boca en boca y los clientes satisfechos fueron los mejores promotores, y el negocio floreció al grado de que un solo promotor llegó a manejar una cartera de 105 inversores y más de 300 millones de pesos, que le dejaban una comisión mensual del 1%.
Pero en diciembre de 2023 todo cambió. De pronto los inversionistas dejaron de recibir en sus cuentas bancarias la rentabilidad pactada, que para entonces había bajado al 2.5% sobre su capital. Y la burbuja estalló.
“¿Qué pasó? que en diciembre pasado todos, fue general, dejamos de recibir nuestro depósito. Ya estabas tan acostumbrado, que es ¿qué raro no? Y le hablabas al promotor: “No es que hay unos problemas de la empresa, hay que ver, se van a aclarar y se van a resolver y tal”; luego, de repente, nos mandó un escrito que había hecho Carlos Lazo donde dice que tenía problemas con algunos empleados que habían huido y que se habían llevado algún material y que no sé qué tanto, pero que lo iba a arreglar, iba a crear un fideicomiso”, cuenta.
Él y sus tres hijos son parte del grupo de queretanos que fueron afectados por Yox Holding.
“Todo eso nos lo mandó por escrito a todos, y entonces yo ya me asusté, y presentamos nuestra solicitud de retiro de fondos, tanto mis hijos como yo, y de plano nos dijo el promotor: “Oigan, es que no hay con quién tramitarlos, yo tenía con quién tramitar: cuando recibía una solicitud la mandaba a Guadalajara a un área de, digamos, contabilidad o no sé cómo se llamaría, esa área la procesaba y hacían el depósito correspondiente sin ningún problema, ahorita ya no hay gente”, o sea, desapareció toda la gente de Jalisco, cerraron las oficinas que tenían en Jalisco”, expuso en entrevista con Diario de Querétaro.
La empresa contaba en Querétaro con una pequeña oficina rotulada para identificación en el complejo denominado Central Park que, si bien sólo tenía espacio para una persona de atención al cliente, algunos muebles y computadoras, debido a los tiempos que corren de trabajo a distancia y a que las operaciones se hacían vía WhatsApp, no causó sospecha de los clientes, hasta enero pasado en que fue desmantelada.
Guillermo Castellanos, quien durante años fue ejecutivo en el sector financiero mexicano, incluso llegando a la representación de Nacional Financiera (Nafin) en el estado, estima que el monto total del fraude cometido por Carlos Lazo en todo el país podría llegar a los 22 mil millones de pesos.
El problema es que ahora el sistema judicial ha entrampado a los defraudados. Porque en Querétaro la Fiscalía General del Estado se niega a recibir las denuncias de los afectados, argumentando que deben ir a Jalisco, pero eso es sólo para los procesos mercantiles, no para los penales que se aplican donde se comete el delito.
Y en Jalisco las denuncias se están acumulando de manera individual y no en un solo proceso en el que se integren o sumen todos los expedientes que se presenten por el mismo hecho, lo que provoca la demora en la acción judicial que se ve superada por la cantidad de casos particulares.
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“Me siento en estado de indefensión. Llego acá (a la Fiscalía General del Estado) y me mandan a Jalisco, y llego a Jalisco me dicen: “no sea tonto regrese a Querétaro, allá fue donde lo defraudaron”, y luego voy al Poder Judicial de la Federación y ahorita me dicen: ahora vamos a ver si se puede demostrar, porque como no tiene usted papeles para demostrarlo”, comentó al narrar su infructuosa intención de interponer una demanda.