Sin actuación de las autoridades locales, la venta clandestina de alcohol, así como la proliferación de espacios irregulares, continúan en el corredor comercial de la comunidad de Mompaní.
Con los reclamos de los habitantes de esta localidad, ubicada al norte de la ciudad, frente al crecimiento paulatino de “cruderías” en los últimos años, afirman que continuamente hay conflictos en las afueras.
Vecinos de la zona añadieron que no existen las condiciones adecuadas en materia de seguridad para este tipo de eventos y sitios que convocan a decenas de personas cada fin de semana.
“Aquí se hace bien feo en la noche. Cierran bien tarde los locales y pues aquí luego nos da miedo pasar en el pueblo, ya que sí se ponen bien mal los jóvenes”, comentó a este medio, Laura, habitante de esta comunidad.
Ante la falta de elementos de seguridad, señalan que los locales cierran a altas horas de la noche por lo que exigen un control para evitar conflictos o situaciones de violencia que llegan a suscitarse.
“Todo bien con los que venden, no hay problema, pero sí deberían cerrar más temprano y, bueno, pues también regular la venta de cerveza. Aquí solo se vendía pulque, pero con esto ha llegado mucha gente”, confirmó Eusebio, también habitante de este sitio.
Aclaran que no están en contra del comercio ni de la inversión de personas que llegan a abrir sus propios negocios, sino que solicitan únicamente la garantía de seguridad en los negocios.
Mompaní ha tenido un incremento comercial importante que, para la población local, ha traído consecuencias positivas en cuanto a ingresos, pero que debido a la inversión de pequeños comerciantes que han llegado al sitio, este dejó de ser familiar para convertirse -dicen- en “una cantina”.