Un día lluvioso, con pocas manifestaciones y mucha seguridad, enmarcó la ceremonia conmemorativa del 103 aniversario de la Promulgación de la Constitución de 1917, que encabezó en Querétaro el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Desde temprano en las calles del Centro Histórico se observó la presencia de policías municipales y estatales, además de elementos de la Guardia Nacional; también había vallas de seguridad en demasía, que restringían el paso de los transeúntes.
Bajo la lluvia, que en ocasiones era ligera y en otras arreciaba, comenzaron a llegar los invitados al Teatro de la República cerca de las 11 de la mañana, entre éstos el diputado local Antonio Zapata Guerrero, y minutos después el senador Mauricio Kuri, siempre amable y sonriente.
Los zapatos de tacón elegidos para la especial ocasión no ayudaron mucho a diputadas como Verónica Hernández y Tania Palacios, en su tránsito hacia el recinto histórico, pues tenían complicaciones para caminar bajo la lluvia y el inestable piso de adoquín.
Mientras llegaba la hora de que iniciara el evento oficial, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto Castillo, se paseaba por los andadores el Jardín Zenea y saludaba con su amabilidad característica.
La lluvia también ahuyentó a los ciudadanos, pues antes de que iniciara la ceremonia, solo representantes de medios de comunicación y funcionarios públicos permanecían en los alrededores del Teatro de la República.
El senador Juan José Jiménez hizo su arribo custodiado por su equipo de seguridad, el cual enfatizó, es necesario para su persona, porque no hay garantías de seguridad en el estado, donde gobierna el PAN.
Aunque la ceremonia al interior del Teatro inició, Gilberto Herrera Ruiz, delegado de programas sociales del Gobierno Federal, se mantuvo afuera, incluso se tomó un café en una de la cafeterías del primer cuadro de la ciudad, tras argumentar: “es mucho mejor estar afuera, con la gente”.
Este año, solo una manifestación se registró en esta ceremonia conmemorativa.
Integrantes de la Unidad Cívica Felipe Carrillo Puerto caminaron de la Alameda Hidalgo hacia el Teatro de la República, pero en la esquina de las calles de Independencia y Corregidora se detuvieron por más de media hora, porque la policial municipal limitó el paso.
Representantes de Concertación Política del Estado, dijeron al grupo de manifestantes, que podrían pasar las personas, pero no el vehículo y el equipo de sonido que portaba. Minutos más tarde, los manifestantes permanecieron sobre Corregidora y Ángela Peralta.
De acuerdo con el dirigente de la organización, Pablo González Loyola, la manifestación se realizaría de manera pacífica, para hacer llegar una serie peticiones sociales al Presidente Andrés Manuel López Obrador, y solicitar una audiencia.
Aunque para los integrantes de la Unidad Cívica Felipe Carrillo Puerto fue difícil acercarse al Teatro de la República, no lo fue para el famoso personaje conocido como “El Ánimo” que desde el otro lado de las vallas, los animaba a gritar su famosa consigna de “ánimo”.