La Navidad no termina el 24 o 25 de diciembre, culmina después de la octava, periodo de ocho días después del nacimiento del Niño Jesús en la que la Iglesia católica reflexiona el misterio de esta festividad, afirmó el vocero de la Diócesis de Querétaro, Martín Lara Becerril.
Dijo que el misterio de la Navidad es un pasaje tan denso, que los fieles católicos necesitan de un tiempo determinado para su análisis y reflexión, es por ello que se destinan ocho días para llevarlo a cabo.
“La octava de Navidad son ocho días que celebramos como si fuera un solo día, ocho días en los cuales nosotros vamos analizando el misterio de la Navidad, porque es tan denso el misterio de la Navidad que necesitamos ocho días para irlo asimilando y eso es la octava de la Navidad”, indicó Lara Becerril.
Precisó que el culmen de estas festividades navideñas es la epifanía o la llegada de los Santos Reyes, tradición que forma parte de la cultura cristiana católica que invitó a conservar entre los niños mexicanos.
“La carta a los Santos Reyes es algo que hay que seguir favoreciendo y los reyes es algo que nuestros hijos esperan con mucha ilusión hay que mantener esa inocencia y esa calidez de los niños; que esta tradición la sigamos conservando en todo su ambiente natural y no confundirlo con Santa Claus que es una tradición bonita y loable, pero dentro de nuestra cultura cristiana católica es la venida de los Santos Reyes”, agregó el vicario de la Diócesis queretana.
Mencionó que desde el inicio del Adviento hasta la epifanía, los fieles católicos tienen una cultura cristiana con muchos signos vertidos en la sociedad, los cuales son asimilados y vividos con alegría, por lo que invitó a los queretanos a conservar ese ambiente navideño en toda su originalidad.
Cabe mencionar que la celebración de la octava de Navidad tiene sus raíces en el antiguo testamento, en el que los judíos festejaban las grandes fiestas por ocho días, además de que de acuerdo a la escritura, Jesús como todo judío, fue circuncidado al octavo día y resucitó a los ocho días, por lo que sigue siendo una tradición muy importante en la iglesia.