Niño Dios sólo hay uno

por Iris Mayumi Ochoa Herrera

  · jueves 1 de febrero de 2018

Los vestidos más solicitados son los de San Judas Tadeo, Sagrado Corazón de Jesús, los arcángeles y el Niño de la Salud y el trabajo. Foto: Miriam Martínez

Vestir a los Niños Dios con atuendos de San Judas Tadeo, Sagrado Corazón de Jesús, el Niño Doctor o de la Salud, es una de las prácticas que los queretanos realizan cada 2 de febrero, en un acto que para la Iglesia católica es ajena a la tradición eclesial, ya que se trata de Jesús, el origen de la santidad, no de un santo como lo quieren hacer ver.

En entrevista, el vocero de la Diócesis de Querétaro, Martín Lara Becerril señaló que la tradición cristiana indica que este 2 de febrero se debe presentar al Niño Dios ante el templo vestidos de blanco, ya que es esta la vestimenta que le conviene con base en su dignidad y la escritura que describe a Jesús como el origen de la santidad.

“Que vayan a la misa con este sentido, de levantar al Niño Dios del nacimiento y presentarlo al templo con este sentido litúrgico; hay que evitar vestirlo de distintas imágenes, de santos u otro vestido, evitar que se haga de distintas maneras, y llevar sus velas, hacer una procesión con las candelas, la luz, que significa este misterio y no olvidar la convivencia fraterna”, afirmó Lara Becerril.

Señaló que la Candelaria es una festividad que está determinada por las candelas que representan la luz del mundo, términos utilizados para describir al Niño Dios, es por ello que algunos fieles llevan velas para acompañar el acto de bendición que se lleva a cabo al término de cada celebración eucarística.

Sin embargo, son estos atuendos los que más agradan a los queretanos, quienes acuden cada año a diferentes mercados de la entidad para adquirir la vestimenta para su Niño Dios. De acuerdo con los comerciantes son los vestidos del Niño de la Salud, del Trabajo, San Charbel, Sagrado Corazón de Jesús, San Judas Tadeo, y el Divino Niño, los más solicitados, sin embargo, también los ropones blanco son prioridad.

“La gente cada año pide muchos que son devotos de San Judas, el Sagrado Corazón, el Divino Niño y los ropones blancos, pero casi siempre son las novedades o los vestidos más vistosos los que más llaman la atención de la gente”, afirmó una comerciante.

Si bien las ventas aún no han sido las esperadas, para los comerciantes del mercado Escobedo, esto puede deberse a las cuestiones climatológicas que no han permitido que los clientes acudan a adquirir todo lo necesario para vestir a su Niño Dios y presentarlo el 2 de febrero en el templo.

“Yo creo que es el frío, porque este año nuestras ventas han disminuido, no son las mismas de años anteriores, sin embargo, esperamos que en los próximos días la gente venga a comprar sus accesorios, porque tenemos todo lo que nos piden para vestir a sus niñitos”, precisó María.

Vestir a un Niño Dios puede ir desde los 60 pesos, hasta los 800 o mil pesos, esto dependiendo del tamaño y la calidad del vestido que se desea obtener. Están los más básicos: el clásico ropón blanco que asemeja el bautizo de una persona, hasta los atuendos que recuerdan a San Juan Diego, San Benito y la Virgen de Guadalupe, los cuales en ocasiones, están bordados a mano y generan un mayor costo para el creyente.

“Tenemos de todo, desde el más sencillo que cuesta unos 50 o 60 pesos, hasta los que ya tienen un bordado muy bonito, que llegan a costar hasta 800 pesos, esto de acuerdo al tamaño del niño; precios a los que también se le debe añadir las sandalias, la cobijita y hasta la silla y la corona”, afirmó Mercedes.

El Día de la Candelaria son 40 días después del nacimiento de Jesús en el portal de Belén, durante esa época era costumbre entre el pueblo de Israel presentar a los niños a los 40 días de nacido, tradición que se conservó dentro de la Iglesia católica y que actualmente se celebra de forma litúrgica.

De acuerdo con el vocero de la Diócesis de Querétaro, además de la celebración litúrgica esta festividad tiene una parte cultural muy arraigada, en la que se recuerda el momento en el que María y José lleva a Jesús al templo para su presentación, una tradición entre el pueblo judío que permaneció hasta nuestros días.

“Este acontecimiento quiere decir que se han cumplido todos los ritos del nacimiento de un niño y que de ahora en adelante los padres pueden llevar a su hijo a casa y pueden empezar una vida normal porque se purifica la madre de este tiempo de cuarentena y ese es el acontecimiento”, explicó Lara Becerril.

Para celebrar el acontecimiento todas las parroquias, templos y capillas de la Diócesis queretana ofrecerá una serie de misas para que la feligresía pueda llevar sus imágenes para ser bendecidas, momento en el que invitó a llevar también a los niños vivos.

“La presentación es del niño Dios, es Jesús y al estar en el templo es la luz de todas las naciones y pueblos, ese es el sentido, por lo que también es muy oportuno llevar las velas que representa la luz de Jesús y también a los niños vivos para su bendición”, afirmó.

Por último, recordó que como parte de esta festividad, también se contempla al final de la celebración litúrgica, una convivencia fraterna en la que se comparte con la familia y amigos con tamales que son comprados por quienes encontraron al Niño Dios en la rosca de reyes.

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