Los rituales y supersticiones para atraer el amor se incrementan cerca el Día del Amor y la Amistad, aunque no son bien vistos por la iglesia católica. El más común es poner a San Antonio de cabeza o comprar lociones de atracción y la mayor parte de quienes realizan estas peticiones, son jóvenes que no llegan a los 30 años.
Gustavo Licón Suárez, presidente de la Comisión Pastoral para la Comunicación de la Diócesis de Querétaro explicó que los católicos deben conmemorar esta fecha en el sentido cristiano del amor, pero evitando supersticiones o actividades que nada tienen que ver con la fe católica.
“El llamado es a evitar caer en supersticiones, hay una tradición no aceptada de poner a San Antonio de cabeza y lo han adoptado aquellos que buscan novio, que buscan pareja y en un grado de desesperación mezclan esta tradición religiosa, el amor es puro, el amor es noble, el amor se ofrece y se recibe de una forma gratuita porque es un regalo en este aspecto, evitar caer en este tipo de supersticiones”.
Reconoció que en los templos, principalmente en los nichos y a los pies de las imágenes religiosas se encuentran cartas o fotografías, lo que se permite por tratarse de muestras de fe y peticiones, pero es diferente al uso de amuletos o fetiches representan un descontrol y nada tiene que ver con el amor.
“Por ejemplo tenemos santos de devoción en los templos, como San Judas Tadeo, San Francisco de Asís, al dar recorridos en los templos parroquiales no falta quien dejó alguna carta a los pies de los santos, quien colgó una foto para pedir algún favor o intercesión en un lugar destinado, podemos decir que esa práctica es aceptable por el hecho de que conlleva a hacer una súplica, una petición a Dios a través del santo de su devoción”.
A pesar de las recomendaciones de la iglesia, hay personas que creen en otros rituales, acuden a comprar amuletos o lociones, también a poner a San Antonio de cabeza, que como marca la tradición es el patrono de estas causas.
Maguito, encargada de “Plantas medicinales Maguito” lleva más de 33 años trabajado en el mercado Escobedo, es una de las más populares para hacer limpias, medicina herbolaria y esencias, reconoció que de nada sirve comprar lociones o hacer oraciones si no se es buena persona con los demás.
“Si acuden, hay varias maneras de como poder atraer el amor, en esencia en perfume, baños, lociones, hay de todo pero se venden más perfumes, el costo de las esencias son económicos, 50 pesos y la gente regresa porque dicen que si funcionan, también cuenta la fe con que se hace”.
Aunque no hay una estadística oficial, las personas jóvenes, de menos de 30 años, son quienes más acuden a buscar amuletos o esencias, de todos los niveles sociales, mujeres y hombres.
La tradición más común comprar San Antonio, que en promedio cuesta 40 pesos, ponerlo de Cabeza y retirarle el niño Dios que carga en sus brazos, hasta encontrar el amor, además de comprar alguna veladora para colocarla en las iglesias.
“Muchos acuden y compran la imagen de San Antonio, le rezan y lo ponen de cabeza, bueno primerio a Dios y luego San Antonio, pero también compran miel de amor para que haya unión y atracción hacia la pareja, ven a mí, por si la persona se retiró hay que atraerlo y para abrir caminos para el amor si no hay suerte”.
El éxito depende de la fe y del carácter de las parejas, pues muchas no son compatibles o tienden a discutir mucho, lo que no garantiza que el amor sea duradero, pese a los productos y amuletos comprados.
Hay quienes también realizan otro tipo de rituales, más simbólicos pero a la vez dañinos para la infraestructura pública, como los llamados “puentes del amor”.
Considerado por muchos como un acto de vandalismo, sobre el río Querétaro está el llamado “puente de los candados”, donde cientos de parejas colocan los “candados del amor”; graban sus iniciales y la fecha del inicio de su relación y posteriormente como tradición arrojan las llaves al río, representando el inquebrantable amor.
Sobre la calle Ignacio Allende al cruzar el puente del río hacia Emiliano Carranza está este puente peatonal, en el cual aún hay espacios para colocar candados, pero en Querétaro no es una tradición que llame la atención.
De origen desconocido, este acto simbólico cobró popularidad en la ciudad de París, Francia, donde en decenas de puentes a lo largo del río Sena se colocan estos candados pero desde el año 2010 los mismos ciudadanos y autoridades empezaron a retirarlos, pues representan un riesgo para las históricas estructuras que sostienen los puentes.