Hoy se vive en la patria un verdadero calvario y una espiral de dolor y de violencia, indicó el obispo de la Diócesis de Querétaro, Fidencio López Plaza, al oficiar la misa dominicial en favor de la paz, recordando a la población queretana la importancia de la fraternidad como una medida para alcanzar la luz y la armonía.
Esto luego de la marcha por la paz organizada por la Iglesia Católica en la entidad, donde decenas de personas, de distintas parroquias y grupos religiosos, recorrieron las calles del Centro Histórico de Querétaro partiendo de la iglesia de Santa Rosa de Viterbo hasta el templo de La Cruz, donde el obispo ofreció una misa en agradecimiento e inicio de año.
"Hoy estamos viviendo en nuestra patria un verdadero calvario y una espiral de dolor y de violencia, al que por el momento no se le ve fin. Sobre este tema el Papa Francisco para esta celebración de la quincuagésima sexta jornada mundial de la paz, nos recuerda que en la pandemia nos ha ayudado a descubrir que nadie puede salvarse solo".
El obispo agradeció a los marchantes por su organización y labor, principalmente a los jóvenes del decanato de San Miguel Arcángel, por inaugurar el año en representación de los jóvenes de la Diócesis de Querétaro en esta celebración a nivel mundial, además de reconocer a quienes brindan apoyo, en las dificultades, a los demás.
"Felices los que reconocen el potencial amoroso y solidario de los jóvenes, porque nos enseñan que compartir el pan y el pescado soluciona el problema del hambre y se contribuye a la paz. Felices las familias que asumen el compromiso de ser la primera escuela de los artesanos de la justicia y la paz".
Refirió que debido a las problemáticas en salud y seguridad que se han enfrentado la ciudadanía ha tomado conciencia, cada vez más clara y de manera urgente, la importancia de la unión, como garante de la paz, lo que permitirá afrontar las dificultades que aún deparan en el país y en Querétaro.
Asimismo, pidió orar por los huérfanos, las viudas, los refugiados, los migrantes, las víctimas de la guerra, los perseguidos, por la injusticia, por las personas con adicciones, los débiles, los prisioneros, los torturados "de cualquier parte del mundo, porque será grande la recompensa que recibirán y se volverán artesanos y trabajadores de la reconciliación".
"Al comenzar este año nuevo 2023, como cristianos discípulos y misioneros de Jesucristo proclamamos que felices los que trabajan por la paz porque serán reconocidos como hijos de Dios. Felices los que como buen samaritano se hacen cargo de su hermano que ha sido golpeado, herido y dejado medio muerto en el camino".