Las fiestas clandestinas proliferaron con las restricciones que trajo consigo la contingencia sanitaria por la pandemia de Covid-19 para los negocios establecidos, de acuerdo con el presidente de la Asociación de Antros y Bares de Querétaro, Rogelio Garfias Torres.
“Lo hemos registrado desde la pandemia, lo venimos arrastrando porque al estar cerrados todos los establecimientos fue que empezaron a realizarse estas denominadas after o fiestas clandestinas en donde al final se cobran covers o hay barras libres y no hay control alguno”.
Garfias Torres señaló que tienen conocimiento de que este tipo de eventos se llevan a cabo en domicilios particulares, por lo que no es habitual que las autoridades ingresen para llevar algún tipo de supervisión.
“Esto representa un foco rojo en el estado de Querétaro, se identifican fácilmente por las redes sociales, así se identifican; vemos que su público es un sector de los 18 a los 29 años”.
El presidente de la Asociación de Antros y Bares de Querétaro refirió que este tipo de eventos hacen más propicio el riesgo de que se consuman bebidas adulteradas y que, además, no hay manera de supervisar los ingredientes de lo que se ingiere.
“Sirven desde las famosas aguas locas, hasta botellas cerradas y botellas de vino. (…) Lejos de la competencia, cuando pasa algo como alguna intoxicación que incluso termina en un hospital, culpan al sector y no es solo en esos espacios, en cualquier lado puede pasar, pero ahí es más probable”.
El empresario llamó a las autoridades a poner atención a este tipo de fenómeno, puesto que se trata de un foco rojo que puede detonar situaciones de inseguridad y riesgos para quienes acuden, en especial, para los menores de edad.