TEPEJI DEL RÍO, Hgo.- Al escuchar al padre Bernardo Reséndiz, las peregrinas ponen una sonrisa en el rostro, y es que 17 años de acompañar a la columna femenina le han valido para ganarse el cariño de las fieles queretanas, que este año fueron testigo de la imposición de medalla por 25 años que el sacerdote recibió de manos de su cuñado Gabino.
El padre recuerda que tenía cuatro años de ordenado cuando le fue encomendada la dirección espiritual de la peregrinación femenina, aunque ya tenía ocho años de caminar al Tepeyac; el obispo de la Diócesis le encomendó la romería por tener la experiencia, sin embargo, dice no sabía nada de las fieles mujeres.
“Hace 17 años ni pelaban al padre y ahora lo quieren mucho y lo digo con orgullo porque en el camino nos fuimos conociendo y agradezco mucho estar aquí y poder seguir adelante con esta peregrinación”, reconoce el sacerdote.
Regalos, globos, pancartas y hasta un pastel dieron muestra del cariño que las peregrinas le tienen a su director espiritual, quien durante todo el camino las va animando, apoyando y hasta regañando, todo en el afán de que lleguen con bien a su destino y vivan su fe en cada paso.
“El padre aparte de caminar con ustedes se lleva todos los problemas y los tiene que resolver en fa así es que todas tienen una medalla, pero el padre se la ha ganado doble porque no solamente ha caminado, sino nos ha apoyado, el empezó como con 11 mil o 10 mil peregrinas, hoy está entregando a la Basílica 23 mil peregrinas, ahí se ve que no es un padre que se ha sentado, que no es un padre que viene y se va”, afirmó la presidenta de la Asociación de Peregrinas, Gabriela Siliceo Valdespino.
Con los sombreros en alto fue como las peregrinas agradecieron al padre Bernardo todos los favores recibidos durante los 17 años, mientras que con la voz quebrada el presbítero expresó su gratitud de las romeras y les pidió seguir siendo tan buenas peregrinas.
Por último, el director espiritual de la columna femenina, hizo hincapié en la necesidad de ser ejemplo de vida cristiana y atraer a más participantes a la romería, tal como su cuñado Gabino lo hizo con él y el presbítero también al llevar a más peregrinas como sus sobrinas.