-Menores no comprenden igual las clases
-Aumenta maltrato al menor y bullying por los videos en redes
Diversos padres de familia prefieren llevar a sus hijos a la escuela que la educación a distancia que están recibiendo, la cual consideran en lo general, de mediana calidad y considera que solo las asesorías de los profesores se den vía electrónica para complementar.
Sobre todo, las amas de casa son quienes han percibido la dificultad, “porque, en varias ocasiones nosotras terminamos haciendo el trabajo de educar y resolviendo dudas de temas que a veces no dominamos porque han pasado años desde que los vimos”.
Aunado a ello, la economía familiar se ve afectada por el incremento en uso de energía eléctrica, la contratación de servicio de internet que indistintamente está ligada a uso de televisión privada en paquete, e incluso hay más consumo de alimentos, ya que, de alguna manera el estar en casa hace “que la despensa se acabe antes” de lo previsto.
Este daño económico se agrava al seno de las familias en las que se perdió una fuente de trabajo por los aportantes de dinero, por lo que han tenido que desarrollar habilidades para la cocina o manualidades, para vender y “acompletar” la quincena.
Algunas reconocieron que la tensión a la que muchas todavía no se acostumbran por tener a los hijos en casa todo el día, sí genera que sus regaños o castigos se salgan de lo común, ya que el orden y la limpieza del hogar la tienen que repartir en pequeños momentos durante todo el día.
Entre los pocos beneficios que perciben algunas de las entrevistadas es en su casa ya hay un equipo de cómputo, que les ha permitido a ellas realizar algún trabajo de oficina en casa y en muchos casos, han tenido que aprender a manejar elementos que no conocían, como las redes sociales y algunas, ni siquiera sabían cómo se usaba la computadora.
En los casos que más se percibió la molestia es que ellas no pueden quedarse en casas por el tipo de trabajo que desempeñan, y tienen que recurrir al padre desempleado, o a algún familiar que viva cerca, como hermanos, primos o la abuelita.
En un curioso caso Rosalía Avitia, quien también es profesora de primaria la situación es un poco complicada porque además de ser divorciada tiene a sus hijos en la escuela que decidió su exesposo, pues él quien paga la colegiatura, por lo que además de impartir clases de su casa (y a veces desde su centro de trabajo), debe estar asesorando a sus alumnos y a sus dos hijas al mismo tiempo.
“Para mí sería genial trabajar desde casa, pero con mis hijas pidiendo desayuno a toda hora y solicitando mi ayuda, resulta muy estresante, tanto que doy clases día y noche”, dijo al señalar que además recibe llamadas de sus alumnos o los padres de ellos en el lapso de cada día.
Como maestra, reconoció que la vía remota provoca distracciones de cualquier tipo y la comprensión por parte del menor se minimiza, pues no tienen la madurez para ser responsables de poner atención, aunado a que las mamás se desesperan.
“He tenido que sancionar a las mamás que han golpeado a sus hijos en vivo y en directo. Eso es malísimo, porque provocan el bullying por parte de sus compañeros. Estos casos que aparecen en videos de internet, me parece que hay los atienden las autoridades y ojalá puedan hacer algo”, señaló.
Para Martha Elena Ponce, ama de casa y además enfermera de profesión, sería suficiente con realizar las clases presenciales provocando los menores contactos entre alumnos y la sana distancia. Sugiriendo que se reduzcan los horarios a la mitad para cubrir dos tandas de alumnos en el día y evitar recesos que hacen la convivencia.
“Yo creo que los niños, como se dice que son portadores solamente según lo que se ha investigado, bastaría con sanitizarlos al llegar a la escuela y a la salida. Y, sobre todo, antes de llegar a sus casas”, consideró.