Aunque no se han confirmado las fechas para el regreso a clases ni los lineamientos que se seguirán en los diversos planteles, los padres de familia están preparados con las medidas necesarias, desde la compra de cubrebocas y caretas hasta organizarse para comprar tapetes sanitizantes y desinfectar las aulas.
Gloria es madre de familia y presidenta del comité de padres de una primaria pública en Corregidora, aunque reconoce que el cierre del ciclo escolar pasado fue complicado, ya al final se organizaron, tiene dos hijas, una en quinto y otro en tercero, ambas pasaron a sexto y a cuarto sin contratiempos.
Aunque la comunicación con los maestros y directores es a través de whatsapp se están organizando con las mamás de cada grupo para realizar limpiezas exhaustivas de los salones, una vez que se defina la fecha para el regreso a clases.
“Aún no sabemos ni cuándo va a empezar el ciclo escolar, pero nosotras como mamás ya nos estamos organizando, sabemos que en la escuela hay un intendente, pero seguramente no se va a dar abasto para limpiar a profundidad todos los salones, vamos a ir haciendo roles para limpiar diariamente el salón es donde van a pasar más tiempo nuestros hijos”.
También se están organizando para adquirir los implementos necesarios para cada aula, tapetes sanitizantes, líquidos de limpieza y gel antibacterial, pues desconocen si las escuelas o las autoridades proveerán estos productos.
En promedio el precio delos cubrebocas de tela reutilizables va de 30 a 50 pesos, además de que aplicarán la desinfección en zapatos y uniformes, el lavado será constante y el costo de los tapetes sanitizantes oscilan de los 400 a 600 pesos, además de cloro y otros líquidos que usarán frecuentemente.
“No quiero ni imaginar el relajo que va a ser, siempre me pasa con los suéteres y libretas, a veces me traen la de otra compañera, entonces con los cubrebocas, si me trae otro que no sea el suyo me voy a morir del susto”, afirmó.
Gloria aseguró que además hablará con sus hijas para explicarle las medidas que deben aplicar como la distancia, no intercambiar alimentos o bebidas y el lavado frecuente de manos durante las más de cuatro horas que dura la jornada académica.
“Nosotros tenemos que poner de nuestra parte, no vamos a esperar a ver qué definen las autoridades debemos empezar a pensar en cómo se va a cambiar la convivencia diaria en nuestros hijos”, finalizó.